El Siata advierte que este mes la temperatura nocturna ha estado más alta de lo usual. Probabilidad de ocurrencia de La Niña sigue siendo alta.
Jacobo Betancur PeláezA pesar de que para estas alturas del año se preveía que el país ya estaría sintiendo los embates del fenómeno de La Niña, durante los últimos días el calor no da tregua en ciudades cómo Medellín.
De acuerdo con los datos del Sistema de Alertas Tempranas del Área Metropolitana del Valle de Aburrá (Siata), en la región metropolitana se han alcanzado en lo corrido de este mes temperaturas de hasta 32 grados centígrados, un registro que se iguala a los máximos históricos alcanzados durante el mes de septiembre durante los últimos ocho años.
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Si bien septiembre, al ser un mes de transición, mantiene una alta probabilidad de lluvias, los meteorólogos advierten que al menos en un corto plazo el departamento debe estar alerta tanto a eventos asociados a las altas temperaturas, como a lluvias intensas esporádicas.
Lina Isabel Ceballos, coordinadora de Geociencia del Siata, advierte que hay varias claves para comprender por qué los días soleados de las últimas semanas han golpeado tan fuerte a la ciudad.
Según explica, aunque los valores alcanzados este mes no han roto ningún récord, los niveles de nubosidad sí han estado especialmente bajos, un factor que ha incidido en que la radiación sea mayor y los rayos del sol golpeen con más fuerza el territorio.
Ceballos apunta que durante la noche las temperaturas han sido más altas de lo acostumbrado en un mes como septiembre.
“En promedio la temperatura en la noche es alrededor de 17 grados, algo que hemos notado es que en las noches de este septiembre de 2024 esas temperaturas han sido mucho más altas, estando por encima de los 20 y 21 grados. Cuando pensamos en esa diferencia, que durante el día tenemos mucho calor y durante la noche la temperatura baja pero no tanto, la sensación es que el calor nunca baja”, explica.
“En resumen, los valores máximos se han mantenido altos, pero no por encima de lo que históricamente hemos medido en el Valle de Aburrá, las temperaturas mínimas sí han estado muy por encima, unos tres grados por encima de ese valor promedio. Entonces cuando promediamos la temperatura a lo largo del día, efectivamente sí sentimos que la temperatura ha aumentado. Esto tiene también que ver con la percepción”, añade la experta.
A pesar de esta situación, desde el Siata aclaran que todavía estamos justo a tiempo para que comience la transición a la temporada de lluvias que ha sido calculada aproximadamente para mediados de septiembre.
Esto quiere decir que, sin importar que en lo corrido del mes se hayan registrado pocos eventos de lluvias y los acumulados estén por debajo de lo que se esperaba, durante los días venideros hay una alta probabilidad de que se materialicen las precipitaciones.
“Con eso no estamos diciendo que la próxima semana ya empiece la temporada de lluvias, sino que lentamente tengamos esa transición. Septiembre es un mes en el que las lluvias ocurren principalmente en horas de la noche y la madrugada, entonces se va ir dando esa transición lenta”, agrega Ceballos.
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Justamente a propósito del fenómeno de La Niña, la directora general del Ideam, Ghisliane Echeverry Prieto, recordó este martes que desde mayo pasado ya se había dado por terminado el fenómeno de El Niño, dando paso a una fase neutra.
“Eso significa que en este momento el comportamiento de la precipitación se debe a los patrones climatológicos normales, que en cada región del país son diferentes. El mes de septiembre históricamente es un mes en el que las precipitaciones no son tan altas en gran parte del territorio”, expresó la directora.
A raíz de las condiciones actuales, Echeverry advirtió que mientras regiones como la Amazonía y la Orinoquía vienen con un déficit de precipitación y tienen alertas de incendios de cobertura vegetal, en el norte del país se están produciendo precipitaciones y vendavales, asociados a la temporada de ciclones tropicales del mar Caribe y el océano Atlántico.
Sin importar las condiciones neutras, tanto Ceballos como Echeverry coincidieron en que los análisis climatológicos que se realizan a nivel nacional y local dan cuenta de que sigue dándose una alta probabilidad de que el fenómeno de La Niña se consolide en los próximos meses, que en el caso de Colombia suele golpear especialmente a las regiones Pacífica, Caribe y Andina (esta última a la que pertenece Antioquia).
Cabe recordar que tanto el fenómeno de El Niño como el de La Niña se enmarcan en un ciclo global climático conocido como ENOS, que en el caso del océano Pacífico se expresa en temperaturas del agua por debajo y por encima de los promedios históricos.
Si bien en cada lugar del mundo dicho fenómeno tiene efectos distintos, en el caso de las regiones que en Colombia se ven más afectadas El Niño se traduce en una temporada de menos lluvias más intensa y La Niña en una temporada de lluvias más severa.
De acuerdo con las previsiones más recientes entregadas por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) a mediados de septiembre, para este año se mantiene una probabilidad de ocurrencia del 60% del fenómeno de La Niña.