Santiago Olivares Tobón
El joven fue procesado por el crimen registrado dentro de un conjunto residencial de Envigado y se allanó a los cargos ante el juez.
Sebastián Cano Ospina, de 24 años, aceptó ante la justicia que mató a sus papás, luego de las audiencias concentradas que se realizaron este fin de semana ante el juez de control de garantías, por lo que ya está esperando a que se defina la condena por este delito.
El joven cometió el crimen en la madrugada de este miércoles en la Unidad Residencial Vía Serrano, en el barrio Jardines, de Envigado, luego de que en medio de una discusión atacara en múltiples ocasiones con arma blanca a sus papás, Eusebio Cano Correa, de 63 años, y Luz Omaira Ospina Correa, de 52, provocándole la muerte a ambos.
Esta situación ocurrió luego de que el joven ingresara a la vivienda y le pidiera dinero a sus padres, logrando a la fuerza quitarles $2.700.000 que extrajo de una de las cuentas bancarias que tenían ellos, producto de sus negocios en la Central Mayorista de Antioquia.
“Las labores de policía judicial evidenciaron que el hombre habría llegado a la vivienda en avanzado estado de exaltación, y ante la negativa de sus padres para facilitarle dinero, los habría agredido hasta causarles la muerte”, explicaron desde la Fiscalía.
Después del asesinato, de acuerdo con el reporte del ente acusador, se llevó varias tarjetas bancarias, los celulares y los documentos de identidad de sus padres, para posteriormente sustraer más de 9 millones de pesos en dos transacciones que hizo en unos cajeros.
Este hombre, el menor de los hijos de la pareja, escapó en un taxi y después de realizar las transacciones y comprar algunos estupefacientes, se dirigió hacia un motel en La Estrella, donde lo capturaron por el delito de porte y tráfico de estupefacientes, luego de que le encontraran siete sobres de cocaína y siete cigarrillos de marihuana.
Ya detenido por este delito, salió la orden de captura por el doble homicidio de sus padres y se presentó ante el juez de control de garantías, donde se le imputaron cargos por los delitos de homicidio agravado en concurso homogéneo y sucesivo, hurto calificado y acceso abusivo a sistema informático, los cuales aceptó.
De acuerdo con allegados a las víctimas de este crimen, estos hechos ocurrieron en medio de una batalla perdida de Eusebio y Luz Omaira por sacar a Sebastián de su adicción a las drogas, por la cual se habrían presentado otros hurtos a sus tarjetas y bienes en el pasado.
Incluso, el procesado llegó a trabajar con sus papás en la Central Mayorísta de Antioquia, donde tenían un local de distribución de alimentos, pero su gusto por las fiestas en las afueras de esta central de abastos, según relataron personas cercanas, hicieron que ellos lo obligaran a dejar de ir.
El fallecimiento de esta pareja fue lamentada por los comerciantes de esta central, ya que aseguraron tanto en sus declaraciones como en los comentarios en redes sociales que eran personas que se caracterizaban por su amabilidad en el trato con los demás.