En lo corrido del 2021, 107 personas han sido asesinadas en la capital del Magdalena, según cifras de los defensores de derechos humanos.
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Santa Marta no atraviesa por su mejor momento en temas de seguridad. A la fecha contabiliza 107 personas asesinadas – sicariatos registrados en lo corrido del 2021 – y un sinnúmero de atracos a mano armada en diferentes sectores de la ciudad.
Ante estos hechos, la ciudadanía, defensores de derechos humanos y expertos en temas de seguridad, sostienen que las autoridades poco a nada han realizado para solucionar el problema. No obstante, la Policía Metropolitana y la Alcaldía Distrital han anunciado una serie de medidas para detener la ola de violencia que azota a los samarios.
Una de estas estrategias es la llegada de más uniformados a la ciudad, quienes contrarrestarán las distintas acciones criminales que ocurren en las denominadas zonas de calor, es decir, barrios de Santa Marta con mayor incidencia delictiva.
Según las autoridades, en la capital del Magdalena existen dos grupos armados que se disputan el control por el microtráfico. Se trata del Clan del Golfo y Los Pachenca o también llamados Autodefensas Conquistadoras de la Sierra, organizaciones que en su guerra han dejado personas muertas y otras debatiéndose entre la vida y la muerte en clínicas de la ciudad.
El más reciente sicariato sucedió en el barrio El Pando, donde los sicarios acribillaron a Jesús Alberto de la Hoz Noriega, conocido con el remoquete de Cuqueca y dejaron a otras dos personas más heridas.
En la escena del crimen los pistoleros dejaron un panfleto que decía “Autodefensas Gaitanistas de Colombia, presentes”. Para la ciudadanía es claro que este grupo ilegal se atribuyó la muerte del joven y piden contundencia a la hora de contrarrestar los distintos actos que alteran el orden público en esta región del país.
ATRACOS A MANO ARMADA
Pese a toda la operatividad en Santa Marta, los delincuentes siguen haciendo de las suyas y no solo asesinan, sino que también hurtan en establecimientos y a personas que, a plena luz del día se trasladan hacia sus lugares de trabajo.
En el barrio El Cisne, un delincuente que se movilizaba en un bus de servicio público, ‘marcó’ a su víctima, una mujer que se disponía a bajarse del vehículo y le hurtó sus pertenencias. Se le llevó el bolso luego de intimidarla con un arma de fuego.
Otro asaltante lo esperaba a unos metros más adelante y se fueron en una motocicleta sin que fueran detenidos por la comunidad o por un cuadrante de la Policía cercano.
La ciudadanía y los defensores de derechos humanos piden la presencia del Ministro de Defensa, Diego Molano, para que evalúe la situación de la ciudad y se terminen los capítulos de horror de esta novela sicaresca, de asaltos y narcotráfico que tiene en jaque a Santa Marta.