En un esperado anuncio, el presidente Gustavo Petro establece el nuevo salario mínimo que entrará en vigencia el próximo año.
En un evento realizado en el Colegio La Salle de Zipaquirá, Cundinamarca, el presidente Gustavo Petro y la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, confirmaron que el salario mínimo en Colombia experimentará un incremento del 9,5 % a partir del 1 de enero de 2025. Este ajuste se produce luego de intensas negociaciones entre los gremios empresariales y los sindicatos, que no lograron llegar a un acuerdo durante el proceso de concertación.
El mandatario destacó que con este aumento, el salario real de los trabajadores colombianos experimentará un crecimiento del 6,54 % en 2025. El presidente aseguró que el ajuste buscará aliviar el poder adquisitivo de los ciudadanos en un contexto económico desafiante.
Este aumento fue anunciado tras varias semanas de conversaciones en las que no se alcanzó consenso entre los diferentes sectores. Los sindicatos y centrales obreras propusieron un incremento del 12 %, lo que significaba un ajuste de $156.000, elevando el salario mínimo a $1.456.000, sin el auxilio de transporte. Sin embargo, esta propuesta no fue aceptada por el Gobierno.
Por otro lado, el sector empresarial, que no presentó una propuesta formal, tuvo una participación indirecta a través de la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi), que sugirió un aumento del 5,2 %. De haberse acogido esta propuesta, el salario mínimo hubiera quedado en $1.367.600.
A lo largo de las negociaciones, el Gobierno había señalado que el incremento podría oscilar entre el 9 % y el 10 %. Finalmente, se optó por el 9,5 %, lo que representa un aumento de $123.500. Con este ajuste, el salario mínimo mensual quedará en $1.423.500, sin contar el auxilio de transporte, y alcanzará los $1.623.500 con este beneficio.
El aumento de 9,5 % será efectivo a partir del primer día del próximo año y tiene como objetivo mejorar el bienestar económico de los trabajadores, especialmente en un entorno de alta inflación y costos de vida crecientes. Con este ajuste, el Gobierno espera dar un respiro a los colombianos que enfrentan dificultades económicas. Sin embargo, algunas voces críticas consideran que el incremento no será suficiente para cubrir los altos costos de los productos básicos.
Este ajuste salarial se da en un contexto económico complejo para el país, marcado por altos niveles de inflación y una creciente presión sobre los hogares colombianos. A pesar del aumento anunciado, los ciudadanos y diversos sectores siguen enfrentando desafíos económicos, como el aumento de los precios de los alimentos y otros bienes esenciales. En este escenario, las autoridades del Gobierno han señalado que seguirán evaluando otras medidas para mitigar el impacto económico sobre los trabajadores y mejorar las condiciones laborales en el país.