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Radiografía del matrimonio infantil en el país

POR RICHARD AGUIRRE FERNÁNDEZ |

El 13,3 % de las niñas y adolescentes viven en unión temprana en el país. Esto quiere decir que antes de los 18 años se fueron a vivir con su pareja, según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (Ends 2015) del Ministerio de Salud.

TOMADO DE: elcolombiano.comAntioquia - Medellín | El Colombiano, noticias.

Otra cifra que permite conocer esa realidad es la de los matrimonios con menores de edad, que según la Superintendencia de Notariado y Registro, entre febrero de 2016 y febrero de 2017, hubo 470 en los que participaron menores de 18 años. Según Supernotariado, Antioquia, con 83 casos, fue el departamento con el indicador más alto en cuanto a matrimonios en los que había por lo menos un menor de edad involucrado, seguido de Valle del Cauca (52) y Santander (35) (ver infografía).

De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (que analiza condiciones de vida en los países), “el matrimonio infantil se considera una violación de los Derechos Humanos”.

Aunque para la gran mayoría de personas el matrimonio es visto como un triunfo del amor y se juran que estarán juntos hasta que la muerte los separe, y ella se pone un pomposo vestido blanco y él se viste frac; para otros, el ritual es lo de menos. En algunas regiones del país, por lo general en donde hay conflicto armado o aquellas que están apartadas de las grandes urbes, las niñas y los niños se casan por dificultades económicas o porque hacen parte de un pago, la llamada dote.

Fenómeno invisible

Marcela Henao Álvarez, asesora de género en la Fundación Plan (que protege los derechos de la niñez en el mundo), sostiene que es un fenómeno del que se tiene un subregistro amplio, pues las uniones no requieren ningún procedimiento legal o religioso para que surta efecto.

“Sabemos que este fenómeno ocurre desde hace mucho, pero no se ha medido, entonces no conocemos su magnitud, y la información cuantitativa que tenemos es muy poca, tanto de uniones tempranas como matrimonios forzados”, dice Henao Álvarez.

A escala mundial, una de cada cinco niñas se casa o vive en unión libre antes de cumplir 18 años, según el Fondo. Unicef, respondiendo a un cuestionario enviado por EL COLOMBIANO, sostiene que “las familias pueden considerar un matrimonio infantil o una unión temprana como un modo de aliviar las dificultades socioeconómicas. En algunos pueblos y comunidades étnicas se presentan situaciones como dotes (bienes o propiedades que se entregan a cambio), para llevar a cabo la unión o el matrimonio”.

Luz Alcira Granada, directora de Incidencia Política de Save The Children en Colombia, sostiene que “las tasas de matrimonio infantil y de trabajo infantil a nivel global están aumentando en contextos de conflicto y crisis económica y es uno de los factores que reduce las posibilidades de superación de los círculos de pobreza y exclusión”.

Agrega Granada que “los matrimonios con menores de edad son más comunes en las zonas rurales, donde los padres otorgan el permiso con mayor naturalidad”.

Frente a este fenómeno, el padre Euclides Eslava, director del Departamento de Teología de la Universidad de la Sabana, se remitió a explicar lo que dice el Derecho Canónico sobre estas uniones, pero prefirió no dar opiniones: “No puede contraer matrimonio válido el varón antes de los dieciséis años cumplidos, ni la mujer antes de los catorce, también cumplidos”, dijo Eslava.

Panorama local

La directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), Lina Arbeláez, sostiene que ningún menor de edad tiene capacidad cognitiva para tomar una decisión sobre su integridad sexual, directamente relacionada con el matrimonio, aunque menciona que la legislación permite los matrimonios con mayores de 14 años, siempre y cuando se cuente con el aval del padre o tutor. No obstante, que la ley diga que se puede hacer, a su juicio, no está bien.

“Tenemos que hacer una transformación social y cultural, porque necesitamos entender que el desarrollo de los niños tiene que darse en el marco de la protección y garantía de sus derechos”.

Esta realidad no es nueva y tiene un contexto histórico. Las relaciones de los que hoy son abuelas o bisabuelas se consolidaron con un hombre mucho mayor, explica el antropólogo Weildler Guerra; no obstante, que esté en la historia no quiere decir que sea saludable, pues se constituye una relación de poder, en la que el hombre es el sustento y la mujer se dedica al hogar.

“Desde la realeza europea también lo veíamos”, dice Guerra, al destacar que con el paso de los años, el mundo implementó una serie de derechos universales que parten de la protección.

Su argumento también lo sustenta el Fondo de Población al señalar que en Suecia, por ejemplo, “el 9,3 % de las niñas estaban casadas a los 19 años entre 1646 y 1750, y esta cifra se redujo hasta el 7,2 % en 1860”.

¿Hay pagos?

En mayo pasado se conoció un video en el que el supuesto palabrero wayúu Roberto Barroso, en una entrevista radial, ofrecía $5 millones por una “chinita”, claramente haciendo referencia a una niña.

Al respecto, Henao Álvarez explica que tras un análisis realizado con Unicef se encontró que el pago económico o en especie también es una conducta aplicada a la hora del matrimonio o las uniones.

“Es una práctica que las familias pueden llevar a cabo para mitigar la pobreza; no hay que culparlas, sino mirar qué está haciendo el Gobierno para sacarlas de un estado de pobreza, que los lleva a tomar esta decisión”, plantea Henao.

Sobre la realidad en las comunidades indígenas, Lejandrina Pastor Gil, consejera mayor de la Organización Nacional Indígena (Onic), y perteneciente al pueblo Wiwa de la Sierra Nevada de Santa Marta, explica que, aunque el dote ha sido una tradición naturalizada en las comunidades, se trabaja en erradicarla.

“Son prácticas que desde las organizaciones se ha trabajado en el entendido de que esa realidad hay que sacarla de los territorios”, dice la consejera, quien hace énfasis en que el en noveno Congreso de la Onic, el año pasado, ese fue un compromiso adquirido.

Sin embargo, la consejera hace una reflexión. “Nos dicen ‘ay por qué la niña quedó en embarazo tan rápido’, pero no dicen vamos a llevarle pastillas o medicamentos para que no quede en embarazo”.

Granada, por su parte, menciona que “existen casos en los que personas mayores de 40 años acceden carnalmente a una menor de edad y como resultado queda embarazada, entonces la familia acepta que esta se vaya a vivir con el agresor, para que responda por el bebé y por ella”.

Otros efectos

Sobre los efectos sicológicos que pueda tener un niño o una niña que sea obligada a contraer matrimonio o a unirse a un adulto como su pareja, la sicóloga e investigadora de la U. Antonio Nariño de Manizales, Francia Correa, dice que con toda seguridad habrá algún tipo de disfuncionalidad.

“Es necesario que se vivan todos esos cambios físicos y emocionales para que exista un desarrollo sano de la etapa de la niñez y adolescencia, que permita continuar con los desarrollos de las otras edades”, dice la analista, haciendo énfasis en que esa realidad truncaría el normal desarrollo de la persona que, por edad, queda en situación vulnerable.

Pero el aspecto mental no es el único efecto. Según la Encuesta de Demografía y Salud, el 6 % de las mujeres entre 15 y 49 años de edad que tuvieron su primer hijo antes de los 19 años, y con hombres al menos 6 años mayores, estuvieron expuestas a una o más formas de violencia.

Unicef, por otra parte, le dijo a este diario que “la falta de oportunidades y las condiciones socioeconómicas desfavorables sitúan a las niñas y las adolescentes en una posición de desigualdad en donde aumentan riesgos como el abandono escolar, disminuyendo sus posibilidades de acceder a trabajos bien remunerados y mejorar su condición socioeconómica”, lo que se traduce en otros tipos de efectos derivados de este tipo de uniones que marcan la vida de las mujeres.

Vea aquí las cifras y datos sobre el matrimonio infantil y derivados en el país:
(Si no puede ver el gráfico de clic aquí

EN DEFINITIVA

El matrimonio infantil es una realidad invisible en Colombia, que golpea principalmente a las mujeres y las hace víctimas de distintos tipos de violencia y dejar la escuela, por ejemplo.

CONTEXTO DE LA NOTICIA

La Convención sobre la eliminación de toda forma de discriminación contra la mujer (Cedaw) impulsa a los gobiernos a crear políticas para erradicar conductas como el matrimonio infantil. Esta convención fue ratificada por Colombia y, como muestra de su compromiso, el Plan Nacional de Desarrollo, se incorporaron acciones para prevenir y conocer la magnitud de las uniones tempranas y los matrimonios. “Promover la educación sexual y el bienestar de las niñas, niños y adolescentes y prevenir el embarazo adolescente, las uniones tempranas y el matrimonio infantil”, se lee en el documento, en el que “matrimonio infantil” solo aparece tres veces. “En la última recomendación que la Cedaw hizo le dijo al Estado colombiano le dijo que tenía que elevar la edad del matrimonio, pero eso no ha pasado”, manifestó Marcela Henao Álvarez, asesora de género en la Fundación Plan.

 

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