El hecho se presentó en la comunidad La Loma, donde se llevan a cabo diálogos por las afectaciones ambientales del botadero de basura.
La ONG Nación Wayuu denunció que, hacia las cuatro de la mañana de este martes, varias personas en motocicleta ingresaron a la comunidad indígena wayuu La Loma, ubicada en jurisdicción de Riohacha, incineraron la enramada o sitio de reuniones de esta comunidad y dejaron tirados varios panfletos con amenazas de muerte, suscrita por una supuesta banda criminal denominada AGC.
Según la organización indígena, en este lugar se venían sosteniendo las reuniones de diálogo entre la Alcaldía Distrital de Riohacha, la empresa Interaseo y diferentes delegados de la institucionalidad estatal, por las afectaciones ambientales que vienen padeciendo las comunidades indígenas wayuu dueñas ancestrales del territorio donde funciona el botadero de basura a cielo abierto de esta capital.
“Para el día de hoy, las autoridades tradicionales, tenían previsto cerrar definitivamente el basurero por los incumplimientos a los acuerdos que se venían sosteniendo en cabeza Manuel González, Delegado del viceministro del Interior, secretario de Gobierno del Distrito y la empresa Interaseo, pero curiosamente la enramada o sitio de reuniones de la comunidad fue incinerada, y varios panfletos con amenazas de muerte regados”, explicó Nación Wayuu.
En los panfletos se lee “no queremos calentar la zona matando indio, pero si siguen molestando, bloqueando vía saliendo a marchar y denunciando pendejada empezaremos a fumigarlos uno por uno”.
“Como ONG de Derechos Humanos, asesores de la comunidad La Loma, Los Cabritos, El Manantial, Santa Clara 1 y 2, en la reclamación de sus derechos por las graves afectaciones ambientales que vienen padeciendo por más de cuatro décadas, solicitamos al Estado Colombiano, a la Alcaldía Distrital de Riohacha y demás instituciones, plenas garantías de los derechos fundamentales de estas comunidades”, manifestó Nación Wayuu.
Continuó: “así mismo, pleno y total esclarecimiento de los sucesos, toda vez que no se puede pregonar y predicar de mesas de diálogos y desde la clandestinidad amenazar y amedrentar con actos terroristas a las comunidades para para no sigan reclamando sus derechos”.
