Hasta marchas en su contra convocaron ante posible decisión histórica de aprobar la caza de control.
Juan Felipe Zuleta ValenciaA mediados de abril pasado los expertos que convocó el Ministerio de Ambiente para definir, tras meses de espera, la nueva fase en el plan de manejo y control de los hipopótamos, ratificaron a la ministra Susana Muhamad, tal como lo anticipó EL COLOMBIANO, que la recomendación principal era definir el protocolo bioético para comenzar este mismo año la caza de control de esta especie invasora.
Según fuentes entre los expertos y del Ministerio de Ambiente, el Gobierno Nacional estaría ultimando detalles para tomar una de las decisiones más trascendentales en la historia reciente del medio ambiente en Colombia, y también una decisión valiente, a la luz de lo que la evidencia científica concluye, y a la cual los gobiernos anteriores le hicieron el quite por la repercusiones ante la opinión pública.
Y es que aunque desde la ciencia es clara la ruta de soluciones para enfrentar el desastre ecológico desatado por la presencia de esta especie en el Magdalena Medio, desde el Gobierno sopesan cómo responder una vez el tema de los hipopótamos termine politizado, tal como se espera.
De hecho ya lo está. En las últimas dos semanas, luego de que se empezara a filtrar la posibilidad de que se apruebe la caza de control, se activaron las campañas de desinformación en redes sociales.
El mensaje que ha buscado posicionar esa burbuja de opinión virtual en contra de la posible decisión es la supuesta paradoja de que en el gobierno potencia de vida se aprueba la caza de hipopótamos.
La estrategia ha escalado desde las redes a varios frentes. Algunos medio de comunicación hicieron eco sobre un supuesto rumor que empezó a circular en Puerto Triunfo sobre una “caza indiscriminada” de hipopótamos.
El propio alcalde de Puerto Triunfo, Franklin Portillo Gómez, le dijo a Caracol Noticias que en el pueblo estaba circulando dicho rumor. “Se escucha, el ruido es, o nos han mencionado que efectivamente el gobierno nacional va tomar la opción (caza)”, dijo el mandatario local, quien calificó esta medida como la “fácil y económica para el Gobierno”. Concepto debatible pues desde el plan de manejo de agosto de 2023 se ha hablado siempre de una combinación de todas las medidas.
Por otro lado, empezó a circular en redes y grupos de Whatsapp una invitación a una marcha el 13 de mayo en Doradal en favor de “la vida de los hipopótamos”, aunque el mensaje principal, extrañamente, convoca a marchar “contra el Gobierno de Gustavo Petro”.
No habrá caza indiscriminada
Ante las versiones que se ha desatado en redes, fuentes explican que entre lo que han contemplado en ese protocolo de eutanasia para hipopótamos está la caza de control, que tiene una diferencia abismal con la caza indiscriminada porque su objetivo principal únicamente es servir como apoyo a las otras medidas contempladas y que ya se han adelantado: esterilización y translocación.
Y es que las conclusiones de la investigación realizada por el Humboldt y la Universidad Nacional sobre el tema arrojó que solo con control letal de la población será posible, en un plazo de más de una década, frenar los impactos ecológicos causados a la fauna nativa y ecosistema del Magdalena Medio.
Algunos detalles de ese protocolo que se contempla para el control vía eutanasia de estos animales incluyen la conformación de equipos para la caza de control con biólogos, veterinarios, representantes de las corporaciones autónomas, asesores de centros de investigación, así como expertos internacionales en manejo de grandes mamíferos.
El control letal se contempla sobre un número específico de hipopótamos, siguiendo factores de sexo, edad y ubicación, y el objetivo es revertir la curva de crecimiento poblacional que, de no tomar esta medida a más tardar este año, aumentará hasta 1.000 individuos en una década.
También está descartada la posibilidad de que exista caza deportiva por dos razones, primero porque la Corte Constitucional emitió un fallo declarándola ilegal en Colombia desde 2019, pero incluso si no existiera dicho fallo –explican los expertos– esta no es una práctica que arroje resultados reales de control biológico y en cambio genera un ruido mediático innecesario y no se ciñe a los parámetros bioéticos (que se garantice que no habrá crueldad).
En cuanto al supuesto rechazo de la comunidad local y el impacto para el turismo de la región, los datos y hechos dicen lo contrario.
En la investigación que 28 expertos le entregaron al Ministerio en 2022, la más completa adelantada hasta ahora sobre la problemática de los hipopótamos como especie invasora, hay un estudio que desmonta los mitos de la supuesta convivencia amistosa entre población y esta especie y del presunto atractivo turístico de estos animales en el Magdalena Medio.
Los expertos adelantaron un trabajo de campo que arrojó que el 60% de los encuestados siente miedo con la presencia de la especie. El 45% de la gente asocia la aparición de esta especie a una disminución de la pesca, el 57% a restricción de actividades productivas y el 58% a restricciones de la vida cotidiana, cosas simples como salir a caminar, bañarse en un charco o salir por la noche. Solo hay una percepción positiva: el 45% de las personas identifica la aparición de esta especie con el aumento del turismo.
Sin embargo, una indagación exhaustiva de los investigadores arrojó que la oferta turística dirigida a toures o avistamientos de hipopótamos no genera reales beneficios económicos a los pobladores. Es decir, si se quitara de la ecuación a los hipopótamos, la economía del turismo de Puerto Triunfo no se modificaría.
En cuestión de semanas podría saberse si el Gobierno Petro toma la decisión audaz o los vientos de politización de este tema tan sensible para la opinión pública lo llevan a tomar el camino del desentendimiento como sus sucesores.