Juan Sebastián Ramos
El más reciente informe del DANE reveló cuáles son las seis ciudades más costosas para vivir en Colombia. Te contamos qué opinan los cartageneros y un experto.
“Todo está caro, aquí en Cartagena ya no se puede ni comer, ni salir”, es la frase con la que muchos cartageneros se quejan de la situación económica actual. Hay quienes buscan alternativas para economizar, ya sea comprando alimentos en lugares más accesibles. Sin embargo, no faltan los que han tenido que darle un vuelco radical a sus vidas.
El más reciente informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) reveló cuáles son las seis ciudades más costosas para vivir en Colombia ante el incremento de los precios de los insumos agrícolas y el alza del dólar que se ha registrado los últimos meses en el país. Cartagena para el primer semestre de este 2022 fue la ciudad con el costo de vida más alto (1,34 %), le siguen en este orden:
Santa Marta (1,22 %)
Montería (1,10 %)
Barranquilla (1,06 %)
Sincelejo (1,04 %)
Riohacha (1,00 %)
Ante esto nos llegan ciertas interrogantes sobre las razones por las que el costo de vida nos lleva a ocupar ese primer lugar ¿el clima nos hace gastar más dinero? ¿festejamos demasiado? ¿qué pasa? ¿por qué sale tan caro vivir en Cartagena? Hoy, El Universal recopiló información de varios cartageneros que han lidiando con el cambio agresivo de la economía, y obtuvo información por parte de Aarón Espinosa (profesor investigador del Instituto IDEEAS de la Universidad Tecnológica de Bolívar) para explicar algunas de estas dudas.
La comida por las nubes
Frente a los productos que se reportaron como los más costosos este año, el informe del Dane reveló que fueron el arroz, el azúcar, el aceite de cocina y las frutas importadas, cuyo precio se mantuvo al alza por cuenta del incremento del dólar y el costo de los insumos agrícolas. “Esta semana fui a la tienda por un huevo, está en setecientos pesos, cuando antes un huevo costaba hasta trescientos pesos. En la casa hemos optado por comprar en el mercado de Bazurto lo que son las verduras”, contó Luz Mary Arrieta a El Universal.
Luz Mary cuenta que tras la crisis de la pandemia, solo es su esposo quien trabaja y han tenido que recortar algunos gastos, y negarse uno que otro lujito que antes se daban como familia, asegura que “cuando uno está pasando por un momento difícil busca economizar lo más mínimo, si antes comprábamos arroz de marca, ahora lo compramos suelto para ahorrarnos unos pesos, y es que conforme está esto la plata no alcanza. En mi casa somos cuatro, y si antes hacíamos mercado de un mes con $500.000, actualmente eso no alcanza para nada, en quince días la nevera está vacía”.
La última Encuesta de Pulso Social del Dane, respecto a la pregunta de cómo creen será su situación económica en los próximos 12 meses, los encuestados expresaron que será igual (42.6 %), mejor (26.1 %), y peor (18.2 %).
Los arriendos en Cartagena
William Orozco es padre cabeza de hogar, para 2019 vivía junto a su familia arrendado en el barrio El Recreo, en un cómodo edificio de propiedad horizontal. Hoy, Orozco, su esposa y sus tres hijas, prefirieron mudarse a un apartamento en el barrio Los Caracoles “nos dimos cuenta que podíamos ahorrar más, no solo la comida es costosa, quienes pagan arriendo sienten el golpe a fin de mes. Nosotros estábamos pagando en El Recreo $1.850.000 al mes en arriendo, sin meter los servicios. Ya no tenemos vigilancia, ni gozamos de los beneficios de estar en un sector residencial, pero pagamos acá $800.000”, explicó.
Yo viví un par de años e Bogotá, y de acuerdo con la experiencia que eso me dejó, creo que lo que hace costosas a las ciudades del caribe es el clima; aquí la gente consume más energía en aires acondicionados o ventiladores, así como el consumo del agua para refrescarse. Los servicios en la costa, a mi parecer, son uno de los mayores factores que ponen en aprietos a las cabezas de familia”, aseveró.
¿Se compondrá la situación o empeorará?
El economista Aarón Espinosa asegura que Cartagena, al tratarse de una ciudad turística, tiene mucho que ver con el dólar, por lo que la ciudad está en una constante competencia de turismo frente otras igual de paradisiacas.
“Con esta depreciación aumenta el precio de productos que importamos, como el maíz y el trigo. En Colombia importamos más del 80 % del maíz que consumimos, por lo que alimentos como el pan, las empanadas y las arepas, bienes que pesan en la canasta de los hogares más pobres, seguirán aumentando de precio. En los primeros nueve meses del año la inflación de alimentos supera el 26%. Esto sí que tiene un efecto notorio sobre el bienestar de la población. Esto, por no mencionar el fuerte ajuste en los precios de los combustibles, que se fijan teniendo en cuenta su cotización internacional”, explicó Espinosa a El Universal.
