POR CLAUDIA ARANGO HOLGUÍN
Esta película animada, que se estrena hoy en Disney Plus, promueve este mensaje, junto al de la aceptación y la valentía.
Honrar los recuerdos de su infancia fue la primera tarea para el director italiano Enrico Casarosa al pensar en Luca, la película más reciente de Pixar que se estrena hoy en Disney+ y que transporta a la audiencia a un paradisíaco pueblo costero de Italia. La segunda fue, en ese paso de la niñez a la adultez, honrar la amistad.
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“Yo nací en Génova, que es una ciudad pobre en la riviera italiana, era un niño tímido, un poco protegido por mi familia. Y cuando conocí a mi mejor amigo a los 11 años, mi mundo se abrió. Él era un poco problemático; no tenía mucha supervisión (risas)”, contó en una rueda de prensa en la que EL COLOMBIANO estuvo presente.
Añadió Casarosa que esa relación hoy lo pone reflexivo, “me hizo pensar en lo mucho que nos encontramos a nosotros mismos con nuestras amistades, o lo mucho que las amistades nos ayudan a encontrar lo que queremos ser” y ahí llega uno de los grandes mensajes de esta cinta animada de Disney y Pixar: el valor de la amistad.
Andrea Warren, productora del animado, y quien también estuvo en la conversación, explica que esa noción del significado de la amistad realmente resuena en esta película, “pero no es el único y hay otros realmente hermosos que tratamos”, dice.
La historia
Luca, con la voz de Jacob Tremblay y Alberto, interpretado por Jack Dylan, son dos niños amigos que viven un verano llenos de helado, buena pasta y un viaje inolvidable. Tienen un secreto, son monstruos marinos de un mundo que se encuentra ahí, justo bajo el agua. Entre las conversaciones que se dan entre ellos hay un momento en el que hablan del “silencio Bruno”. En la cinta Alberto le dice a Luca, en un instante de miedo, que seguro tiene a un Bruno en su cabeza, “esos que dicen Alberto tu no puedes, Alberto no eres capaz y ahí lo callas y dices: ‘silencio Bruno’”.
Warren detalla que “es cómo callar a esos críticos internos que todos tenemos y cómo superar esa sensación de duda”.
Y comenta que es vital (y una razón de ser de esta compañía) que algunos de estos mensajes realmente llegue a las audiencias, “y especialmente a los niños”.
El sicólogo Fredy Romero Guzmán, profesor de la Institución Universitaria de Envigado, interpreta que así como en Soul o Intensamente, es recurrente el hecho de que Pixar le apueste en sus cintas a mensajes reflexivos: “son diseñadas tanto para niños como adultos, que capten la atención de los primeros y logren el cuestionamiento de los segundos”.
Hablaron de la muerte con Coco, de las emociones con Intensamente y de disfrutar el momento presente con Soul. Ahora con Luca llega el proceso de crecer con todo y los dolores, la duda y el descubrimiento de sí mismo y sus motivaciones.
Desde lo gráfico
Lo visual era muy importante para Casarosa, al pensar en Luca llegó a su mente el sentido de la curiosidad de todo niño, “la forma básica de la cabeza y los ojos grandes fue algo que ya estaba en mi lápiz” y añade que al pensar en Alberto como un monstruo marino aparecieron las líneas más afiladas. “Me encantan las acuarelas y creo que queríamos traer algo de ese sentimiento un poco expresionista”. Luca está inspirada en un trabajo previo de Casarosa llamado Luna en el que reintrodujo texturas hechas a mano y probó con variaciones de colores a partir del escaneo de pinturas en acuarela.
Desde lo gráfico hasta su mensaje, Luca refuerza la idea de esta compañía en cuyo ADN está no pasar desapercibida con cada estreno.
¿Cómo es el personaje?
“Al principio de la película Luca es un niño tímido. Pero él realmente quiere ser capaz de explorar el mundo humano, pero sus padres tienen un montón de restricciones para él. Cuando conoce a su gran amigo Alberto es que empieza a salir –con su ayuda– de su zona de confort”.
¿Por qué cree que Luca se siente tan fascinado por el mundo de los humanos y, al mismo tiempo, es tan reacio a entrar en él?
“Tiene que ver con su curiosidad y con el hecho de que quiere explorar lo que está fuera de los límites, pero es que sus padres son muy estrictos y quieren protegerlo”.
A muchos de los actores les tocó grabar la voz en casa en medio de la pandemia, ¿fue su caso?
“Fui muy afortunado porque en realidad empecé a grabar antes de que la covid-19 llegara. Pude ir al estudio de San Francisco y hasta hice mi tour por la ciudad, después llegó la pandemia y hubo cambio de planes, ahí pensaba que terminaría todo en casa, pero tuve suerte y entonces pude grabar en el estudio en Vancouver, Canadá”.
¿En qué se parece Jacob Tremblay a Luca?
“Me identifico con él en muchas cosas. Por ejemplo en su afán de salir y explorar, especialmente ahora. En general siento que todos podemos relacionarnos con Luca y su deseo de salir y montar una Vespa para recorrer Italia, en eso nos parecemos. Y añadiría que en la parte de ‘Silencio Bruno’ definitivamente me identifico, porque en la actuación tienes que ir realmente al cien por ciento. Tengo que retarme a diario y salir de mi zona de confort”.