El asesinato de la sicóloga Jordana Belén Rivero, de 28 años, se produce pocos días después del homicidio de Brenda Castillo, cuyo novio la quemó y descuartizó.
El pasado lunes, sobre las 8:00 p.m., los vecinos de un edificio en la calle Salta, en la ciudad de Mar del Plata, escucharon fuertes gritos de Rivero. “La chica pedía auxilio desesperada. Pidió ayuda hasta el último minuto. No conocíamos a la joven, se había mudado en enero”, dijeron algunas personas sobre el feminicidio al portal Infobae.
Cuando las autoridades argentinas llegaron al lugar de los hechos pensaron que se había tratado de un suicidio, pero esa hipótesis se desestimó enseguida cuando los oficiales encontraron al asesino en el apartamento de la sicóloga, informa el mismo medio.
El sujeto se identificó como Bernardo Luis Baraj, de 50 años, el cual se negó a declarar qué había pasado exactamente y solo lanzó: “Se puso como loca y se tiró”. Sin embargo, el fiscal Fernando Castro, que estaba en ese momento, señaló al portal argentino que no hay dudas de que este caso es un homicidio agravado por la condición de género de la víctima (feminicidio).
Mientras lo interrogaban, no explicó porque estaba encerrado dentro del apartamento – Jordana Belén Rivero había cerrado la puerta con llave – pero sí confesó que sufría de varias enfermedades y que había estado internado en un centro médico por su bipolaridad. Además. que el único antecedente judicial en su archivo era por un robo, detalla Infobae.
La autopsia a la joven argentina determinó que fue asesinada y no que se cayó o se tiró, pues Jordana tenía lesiones antes de la caída. Incluso, se comprobó que se desmayó por los brutales golpes de Baraj, quien le fracturó el maxilar, indica el mismo portal.
El fiscal Castro explicó que la sicóloga fue lanzada desde el séptimo piso del edificio cuando estaba inconsciente porque no había signos de “defensa en su cuerpo”. Esto quiere decir, según el mismo fiscal, que en el momento de una caída de esa índole cualquier personas trata de protegerse poniendo los brazos como escudo, pero Jordana no tenía ningún tipo de lesión en las extremidades.
“Si bien el fiscal Castro aún intenta determinar qué tipo de vínculo mantenían la víctima y el feminicida, trascendió que se habrían conocido la tarde del domingo en las proximidades de un bingo”, señala Infobae.
Además, agregó Castro, el feminicida tenía golpes y mordeduras en su cuerpo, lo que significa que la mujer trató de defenderse ante los golpes de este, finaliza el medio argentino.
Este asesinato se da tan solo días después de que Naim Vera, de 19 años, confesó haber asesinado a Brenda Micaela Gordillo, en la provincia de Catamarca.
El joven dijo a las autoridades que habían tenido una discusión por un supuesto embarazo, pero la autopsia desmintió que la mujer estuviera en estado de gestación.
“En un momento de la pelea, Vera afirmó que su novia se cayó por las escaleras y murió. Ante esa situación, explicó que decidió quemar el cadáver en la parrilla de la casa, pero al notar que las llamas no lo consumían, lo descuartizó. Puso el torso y los miembros superiores dentro de una caja y las extremidades inferiores en una canasta”, publicó en su momento el diario Clarín.
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