La crisis social y humanitaria se agudiza en este municipio del Urabá antioqueño.
Si un migrante compra hoy un tiquete por $160.000 en alguna de las dos empresas de transporte marítimo de Necoclí, Antioquia, el cupo es para una lancha que sale después del 22 de octubre de 2021.
Así las cosas, los extranjeros deberán permanecer un mes en este municipio y muchos de ellos se quedaron sin dinero para la alimentación y el hospedaje. Cada día llegan 1.000 personas, pero solo pueden salir 500 en las embarcaciones.
El gerente de una de las empresas de transporte marítimo, Freddy Marín, explicó que los migrantes no entienden que está prohibido vender más tiquetes por el acuerdo binacional entre Colombia y Panamá, lo que les ha generado desorden y hasta reventa de cupos.
«Cuando los migrantes llegan buscando tiquetes y les decimos que no hay, se desesperan. Acá es muy difícil controlar quién llegó anoche y quién está hace un mes porque nunca se hizo un control. También recurren a las mentiras. Hay gente que compró su tiquete y hace la fila para comprar a más personas con otros pasaportes y los revenden. Tenemos todo el día presión por parte de los migrantes. Nos piden que les cambiemos los tiquetes con unos fechas más cercanas, pero no hay», señaló.
El sistema de salud está colapsado en Necoclí. El Hospital San Sebastián atiende un promedio de 60 migrantes por día, además de un número similar de habitantes del municipio en medio de la pandemia del coronavirus que persiste.
Los niños y las mujeres gestantes son los que más demandan servicios por enfermedades respiratorias, virales y de la piel. Una de las peticiones es que se contrate más personal en el hospital.