PERÚ
Iris Mariscal Herrera
La inauguración de una biblioteca, gracias a la iniciativa Creer para Ver. ha sembrado la esperanza en los niños de Belén, Iquitos. Aquí te contamos su historia y sus deseos de superación en medio del olvido de las autoridades.
En el corazón de la Amazonía peruana, en Iquitos, se encuentra el distrito de Belén, una comunidad que ha sido históricamente marginada y azotada por la indiferencia de las autoridades. Sus casas y negocios, construidos sobre las aguas del río Itaya, hacen que la vida se dificulte, especialmente la de los estudiantes, que cada día deben cruzar el río para poder asistir a clases.
Al colegio 60138 San Francisco solo se puede llegar en bote o peque peque. Cuenta con muchas limitaciones económicas, pero su directora, Anita Gil Ávila, y sus profesores le inyectan sus ganas de salir adelante y motivar a los niños a que puedan desarrollarse. Una importante iniciativa de Creer para Ver, impulsada por Natura, ha implementado una biblioteca en este centro educativo.
Esto ha generado ilusión y ha llevado esperanza a los pequeños, cuya falta de recursos no impiden que sueñen en grande.
El 15 de abril, una comitiva integrada por gerentes de Natura, viajó a Iquitos para inaugurar la biblioteca con casi 500 libros, libreros, sofás, pufs y repisas, creando un espacio adecuado. Periódicamente, se lanza un concurso como parte de su programa Creer para Ver (línea de productos no cosméticos que invierte sus ganancias en proyectos educativos), en donde se elige a un colegio de escasos recursos y se implementa este espacio para impulsar la lectura.
Christian Coone, gerente general de Natura, detalló que hasta el momento, la iniciativa -lanzada el 2023- ha impactado positivamente en unos 5 mil estudiantes de Lima, Callao, Arequipa, Piura, Iquitos, Ucayali e Ica.
«La educación transforma y es la solución para resolver problemas sociales como la delincuencia. Nuestra principal acción es ahora una asociación que tenemos con Enseña Perú, pera mejorar la educación y garantizar que los niños entiendan lo que leen, ese es el foco principal», detalló a Perú21.
La consultora que venda más productos de la línea Creer para Ver es quien elige el colegio beneficiado y en unas semanas, el ambiente equipado es entregado a la dirección del centro educativo. En este caso, la ganadora fue Kelly Matos, quien durante varios días estuvo recorriendo Iquitos para encontrar el colegio que más necesite esta ayuda. Kelly aseguró que «es posible transformar la educación en el Perú con este tipo de proyectos».
La sub brigadier general del colegio, Nayeli Tashiba Lozano, contó que los libros les serán de gran ayuda para prepararse. «Aprenderemos a desarrollar nuestras habilidades de lectura. Seremos responsables porque la educación es un regalo invaluable», expresó.
La biblioteca ha sido recibida con entusiasmo por los docentes y escolares, que ven en ella una oportunidad para adquirir conocimientos y salir adelante en un entorno complicado. La resiliencia es su característica pues, a pesar de las condiciones adversas y la indiferencia completa del estado, que debería velar porque todos los niños tengan acceso a una educación en condiciones dignas y seguras, los alumnos no se dejan derrotar y buscan las maneras de llegar a clases.
No todas las familias cuentan con embarcaciones para desplazarse, cada peque peque puede costar entre 500 y mil soles, sin contar el motor.
El pasaje en peque peque cuesta un sol, suma impagable para muchos padres de familia que, desesperados, tienen que enviar a sus hijos hasta en bateas de plástico.
Evidentemente, ningún niño debería padecer estas condiciones, por lo que urge que el gobierno otorgue a la institución educativa embarcaciones seguras para que los pequeños puedan movilizarse sin arriesgar su vida.
Así van algunos niños a clases:
La población escolar de la zona supera la capacidad de la institución. En las mañanas, estudian los de primaria, mientras que en las tardes, lo hace secundaria.
En este colegio, los pequeños también llevan talleres los sábados y hacen actividades como baile y reciclaje.
Las condiciones no son óptimas, pero el personal hace actividades, como polladas, para poder comprar los implementos que necesitan para el día a día.
Incluso, la directora Anita Gil comentó que el techo necesita refacción, pero que el presupuesto no les alcanza porque el Estado no les da ni 3 mil soles anuales para el mantenimiento, lo que hace un verdadero Vía Crucis poder desarrollar las jornadas educativas con normalidad.
De acuerdo con el Censo Educativo 2022 del Ministerio de Educación, en Loreto, solo el 9% de los locales educativos tienen acceso a agua, el 19% a desagüe, el 17% a electricidad y el 14% a internet, reflejando una precariedad significativa en los servicios básicos. Pese a esto, en el colegio San Francisco se han implementado espacios de aseo personal.
También hay campañas constantes para erradicar el dengue.
Aunque no sobran las comodidades, los alumnos y sus maestros buscan superarse cada día y hacer de su colegio un lugar más acogedor.
Lactario
Debido al alto índice de embarazos en menores registrados en años anteriores, el colegio implementó el lactario para que las alumnas puedan ir con sus bebés y no pierdan clases.
Sin embargo, gracias a las clases de educación sexual, este número se ha visto reducido en gran medida. Sin embargo, aún falta un enfoque integral para que se erradique el embarazo en adolescentes.
Muchas menores han sufrido abusos sexuales en su propia casa, por ello, es importante la atención y acción de las autoridades.
Así como en Belén, miles de niños esperan ayuda en otros lugares recónditos de la costa, sierra y selva. Muchos de ellos sueñan con un porvenir mejor, pero ven truncadas sus ilusiones al toparse con la dura realidad y la espalda del gobierno, que no atiende las necesidades más básicas de los colegios en las zonas más alejadas. La niñez es el futuro del país, pero ¿qué herramientas le estamos dando a las próximas generaciones para tener el país que esperamos?