Luis Carlos Quiceno fue asesinado por un tirador mientras navegaba por el río La Miel.
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Iban a ser las 10 de la mañana del pasado domingo 24 de julio, cuando Luis Carlos Quiceno Londoño, un reconocido defensor del territorio y guía turístico en el departamento de Caldas, se dirigía en lancha por el río La Miel para recoger a unos turistas. Pero nunca finalizó su recorrido. Desde unos árboles, un hombre le disparó en siete oportunidades y acabó con su vida.
Quiceno Londoño, oriundo del municipio de Sonsón en el oriente antioqueño, era el líder del proyecto turístico comunitario Mamalú en la vereda La Habana- La Dorada, un lugar que su familia preservó durante décadas como un paraíso ecológico y posterior destino de turismo de naturaleza en el que se compartían conocimientos ancestrales.
Sin embargo, el paraíso que Luis Carlos persistía en defender estaba cercado desde hacía varios años por una cadena de líos jurídicos motivados por los intereses de figuras poderosas del departamento para, presuntamente, adueñarse de tierras en Norcasia, una zona de alta riqueza ambiental. Luis Carlos había logrado varias a veces frenar desalojos y reveses jurídicos con medidas cautelares que les permitía mantener el proyecto de turismo comunitario a flote.
Pero hace casi un año, el 26 de agosto de 2021, 300 funcionarios, la mayoría policías, llegaron hasta el predio de la familia para ejecutar la orden de desalojo en el proyecto turístico comunitario Mamalú, a pesar de que el trámite tenía varios vacíos e inconsistencias denunciadas una y otra vez por la defensa de la familia, y que involucraban presuntas actuaciones irregulares de despachos judiciales, inspectores de policía y personería de La Dorada y varios particulares.
Quiceno resistió y se quedó en el predio a pesar de que arrasaron con las cabañas. La familia mantenía la disputa para demostrar su legítima propiedad del predio. A la par de su defensa jurídica, Quiceno tenía vivo el proyecto de turismo ecológico y por eso el 24 de julio se dirigía a recoger a unos turistas cuando fue asesinado en el río La Miel que tantas veces defendió de amenazas como contaminación por extracción minera y los impactos derivados del funcionamiento de la Hidroeléctrica.
Carlos, el padre del líder asesinado, señaló que tras el crimen han “recibido muchos mensajes de todas partes”, y que aunque tienen varias sospechas, prefieren no especular y esperar a que la Fiscalía actúe rápido en la investigación para dar con los responsables del homicidio.
Con la muerte de Luis Carlos, este año ya van 106 líderes sociales y del territorio asesinados en Colombia. Según Indepaz, en la zona donde mataron a Quiceno tienen presencia estructura criminales bajo órdenes de lugartenientes paramilitares. Además, en el corregimiento hay un inusitado auge minero que estaría incrementando la disputa por el control territorial y aumentando las amenazas contra pobladores y defensores del territorio.