POR GUSTAVO OSPINA ZAPATA |
El cuerpo pide sol, agua y bronceo, y en el Valle de Aburrá, donde no hay mar, el territorio es generoso en riqueza hídrica. Barbosa, Envigado y Caldas, por poner ejemplos.
Además, el territorio cuenta con cuatro emblemáticos parques recreativos acuáticos en el Aburrá, que también ofrecen espacio verde para el descanso familiar; pero estos fueron, junto a discotecas y bares, los primeros que cerraron por la pandemia de la covid-19. Ya son cinco meses que ajustan estos escenarios sin abrir. Se trata del parque Las Ballenitas (en Copacabana), Las Aguas (en Girardota), Juan Pablo II (en Guayabal) y Ditaires (Itagüí).
Juntos, en estos cinco meses, han dejado de recibir cerca de 1’400.000 visitantes, según sus directivos, pese a lo cual su personal sigue laborando en el mantenimiento.
Las gerencias consideran que dejar los sitios en abandono podría generar altos costos en materia de recuperación posterior; sin embargo, al preguntarles por esos valores, indicaron no tener el cálculo aproximado, teniendo en cuenta que ni siquiera saben cuándo terminará el cierre.
Dice Luis Felipe Builes, responsable de Viajes y Recreación de Comfama, que “los parques son lugares ideales para la salud mental de las personas, por el contacto con la naturaleza y la posibilidad de compartir en familia”. La paradoja es que pueden ser los últimos en reabrir debido a que se deben evitar aglomeraciones.
En los recuadros mostramos la situación actual de estos lugares.