En las playas de Taganga, los pescadores se alegraron por la ‘lluvia’ de peces que llegaron al mar para mejorar sus condiciones de vida.
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Abundancia de peces se vio en las playas de Taganga y zonas del municipio de Puebloviejo, Magdalena, hasta donde llegaron centenares de personas, entre turistas y visitantes, para comprar y admirar lo que para los pescadores artesanales fue una «bendición de Dios» en medio de la crisis por el coronavirus.
Una subienda de ‘bonito’ y ‘cachorreta’ mejoró notablemente la condición de vida de miles de pescadores de esta zona del país, quienes al ritmo de canciones de la región Caribe vendieron el alimento. Y no era para menos, la pandemia afectó su economía en un 80%.
Gracias a Dios tenemos la comida, pues nos estamos rebuscando aquí con el pescado. Dios nos está brindando este privilegio. Anualmente, para la temporada de febrero sale bastante este pescado conocido como cachorreta», sostuvo Deiber, uno de los pescadores.
Esta abundancia de peces llenó de optimismo a los pescadores artesanales del corregimiento de Taganga, en Santa Marta, el municipio de Puebloviejo y zona de Tasajera, donde señalan que el actual panorama les augura unas buenas ventas y comida para sus hogares.