Se trata del cargamento más grande del año, estaba en un camión parqueado en Itagüí. La Dian ha incautado en la región $43.000 millones.
TOMADA DE:https://www.elcolombiano.com/
En un parqueadero y casi que por mera coincidencia, las autoridades comenzaron el operativo que permitió aprehender la carga de contrabando más cuantiosa que se ha captado en el Valle de Aburrá en lo que va del 2022.
Este golpe a la delincuencia fue acometido en noviembre pasado, pero la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa) apenas lo dio a conocer hace unos pocos días. Fuentes oficiales le dijeron a EL COLOMBIANO que el valor de las mercancías alcanza los $3.800 millones, una cifra que aunque dista mucho de los $8.000 millones que inicialmente se difundió, sigue marcando la punta entre los resultados positivos de los esfuerzos por evitar que mercancía prohibida ingrese al mercado local.
Todo se inició cuando, en medio de una investigación de las que son propias de su misión, que normalmente se relaciona con el combate de grupos violentos al margen de la ley y detección de mafias que puedan atentar contra la tranquilidad ciudadana, agentes adscritos a la Dirección de Inteligencia de la Policía (Dipol) requisaron un camión dentro de un parqueadero localizado en la zona industrial de Itagüí. Por alguna razón habían sospechado del automotor o del contenido del contenedor que portaba.
El conductor, único ocupante del camión, no tuvo inconveniente en abrir la inmensa caja metálica y de inmediato apareció a la vista el inmenso surtido de perfumes, gafas, utensilios de cocina, productos de aseo, piezas de ferretería, estufas eléctricas, cafeteras, teteros, motobombas, alfombras y mucha ropa.
La mercancía procedía de China, había ingresado a territorio colombiano por el Puerto de Buenaventura, pasando antes por el canal de Panamá y transitó sin problema los 530 kilómetros que hay desde el litoral Pacífico hasta Medellín.
Sin mostrar malicia, los uniformados dieron aparentemente por terminada la diligencia, solo que les avisaron a sus colegas de la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa) advirtiéndoles que los documentos que habían revisado daban cuenta de que solo una parte mínima de la carga contaba con las facturas de compra y los permisos de importación en regla.
“Se debía esperar a que el vehículo saliera a la vía pública, porque la Polfa no puede actuar de manera directa en establecimientos públicos si no hay acompañamiento de la Fiscalía”, explicó la fuente.
Tan pronto esto ocurrió, los agentes que acechaban en los alrededores no esperaron a que avanzara mucho para asestarles el zarpazo a los contrabandistas. Verificaron lo que ya les habían dicho sus “hermanos” de la Dipol y escoltaron el automotor con todo y carga hasta las instalaciones de su entidad en el sector de Monterrey para protocolizar el resto del procedimiento.
De acuerdo con la información recolectada, el destino del valioso botín era una bodega en el sector de El Hueco, en el centro de Medellín.
Los dueños de las mercaderías cuentan con un plazo para que alleguen la documentación, con el fin de que justifiquen, si tienen cómo, la legalidad de su negocio. Pero lo real es que solo un porcentaje muy bajo logra hacerlo. Ahí es cuando la mercancía queda definitivamente en poder de la Dian, alguna puede ser destruida, pero otra parte es donada a organizaciones sociales y en algunos casos se remata a precios de feria.
Y es que pese a ser uno de los delitos más antiguos, el flagelo del contrabando sigue más vivo que nunca. Los esfuerzos para contrarrestarlo también son constantes. Datos de la Dian indican que en 2022 se han realizado más de 3.800 acciones con resultados positivos en el área metropolitana y el Oriente antioqueño, con aprehensiones que suman más de 43.000 millones de pesos.
Lo descubierto ha provenido casi siempre de China y en menor medida de Estados Unidos y otras naciones de Europa, Asia y América.
La mayoría de las veces, los cargamentos ilegales son detectados en las empresas de transporte y en menor medida, al paso por controles de los aeropuertos, en el trayecto entre los puertos, los lugares de venta o en bodegas.
Tanto las acciones de los contrabandistas como de quienes los controlan arrecian en la temporada de fin de año, de manera que vías del centro como Carabobo, Boyacá y Bolívar se convierten en un hervidero en el que pulula la competencia desleal contra el comercio legal.
Una de las más afectadas
En su último consolidado anual, correspondiente a 2021, la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) reveló que los sectores de la economía más afectados por los contrabandistas en el país, son el textil y confecciones (23,9%), máquinas y material eléctrico (19,9%), tabaco (11,7%), materias y manufacturas plásticas (5,4%) y productos químicos (5,2%).
Ese año, aunque Bogotá y Cali eran las ciudades con mayor número de aprehensiones (2.560 por $83.463 millones y 2.452 por $52.529 millones, respectivamente), Medellín era la tercera capital en donde se vive con mayor intensidad ese flagelo, con un total de 2.449 aprehensiones de productos ilegales, por un valor de $24.510 millones. Esta última cifra muestra que en 2022 los resultados de las autoridades se han casi que duplicado.
Tal como lo plasmó la Oficina de Estudios Económicos de la Dian, en un documento titulado “Estudio sobre el contrabando en Colombia”, históricamente se han identificado varias modalidades de esta práctica, como el contrabando abierto, el técnico y la subfacturación y subvaloración de importaciones.
Mientras en el caso del abierto, por ejemplo, las mercancías extranjeras entran al territorio saltándose directamente los trámites aduaneros y la norma (sobre todo escondiendo la mercancía), en el caso del técnico la trampa es más ingeniosa, haciéndose posible casi siempre con distorsiones en las declaraciones de importación.
En un panorama lleno de intrincadas estrategias en todos los eslabones de la cadena, el número de quiebres a la norma es igual de amplio al de productos ilegales que terminan llegando al consumidor.
El Grupo Operativo de Rentas Departamentales (GOA), que hace parte de la Secretaría de Hacienda de la Gobernación de Antioquia, alerta por ejemplo que uno de los renglones en donde el desangre es más grande es el de los cigarrillos y el licor, cuyo consumo aumenta especialmente en diciembre.
Solo entre enero y noviembre de 2022, detalló esa dependencia, se decomisaron más de 218.016 cajetillas de cigarrillos y 1.988 unidades de licor ilegales en el departamento. El camino que siguen estos productos empieza en las costas de Urabá, donde organizaciones ilegales usan lanchas pequeñas para evadir los cercos de las autoridades marítimas. Luego, valiéndose del transporte terrestre (bien sea en buses intermunicipales o vehículos de cualquier tipo) riegan el contrabando por todos los rincones de Antioquia
CONTEXTO DE LA NOTICIA
PARA SABER MÁS
UN FLAGELO QUE AFECTA LA SALUD
Los principales coletazos del contrabando se sienten en el aparato productivo y en el Estado, que tras la caída en el recaudo queda con el viento en contra para meterse la mano al bolsillo e invertir en salud e infraestructura, entre otros.
Sin embargo, hay varias acciones que pueden contribuir al control. En el caso del licor, el GOA insistió por ejemplo que destruir las tapas de las botellas, rasgar las etiquetas, verificar la procedencia de los productos y cotejar que estén debidamente marcados son algunas de las prácticas que dificultan la trampa para los fabricantes ilegales y contrabandistas.