Kevin Cristo Herrera y Edinson Quiñones Conde estuvieron 15 días en manos de una red ilegal.
Cerca de 15 días estuvieron secuestrados en México dos jóvenes colombianos que viajaron el pasado 10 de febrero desde Bucaramanga, Santander, hasta Bogotá, donde abordaron un vuelo en el aeropuerto internacional El Dorado que los llevó a México D. F., a cumplir el sueño americano.
De acuerdo con la investigación coordinada que adelantaron las policías de Colombia y México, Kevin Cristo Herrera, de 21 años, y Edinson Quiñones Conde, de 25, se trasladaron a Anáhuac, en el estado de Tamaulipas, donde al parecer buscaron un contacto que los ayudara a cruzar de manera ilegal la frontera con Estados Unidos.
Tamaulipas es un punto comercial muy importante con EE. UU. –dos cruces marítimos y 15 terrestres– que, a la vez, se convirtió en la cuna de uno de los carteles más poderosos dedicados al tráfico de cocaína, ‘los Zetas’, y donde se abrió el lucrativo negocio del tráfico de migrantes ilegales a través de los llamados coyotes.
En Colombia, los familiares de Cristo y Quiñones no volvieron a tener noticias suyas desde el 13 de febrero. Todo indica que ese día se dañó la posible negociación que venían adelantando con un grupo de personas dedicadas al paso de migrantes ilegales hacia Norteamérica.
“En una primera hipótesis se estima que no llevaban el dinero completo para que los coyotes los pasaran; o los delincuentes vieron la oportunidad de obtener más dinero y empezaron a comunicarse con sus familias”, dijo a EL TIEMPO el mayor Óscar Prieto, jefe del Gaula de la Policía en Santander.
El 21 de febrero se acerca a las instalaciones del Gaula, en Bucaramanga, la hermana de uno de los jóvenes y denuncia que su familiar está secuestrado y que le están pidiendo 10.000 dólares por cada uno de ellos para dejarlos en libertad.
En Bucaramanga, el Gaula asesoró a la familia para atender cada comunicación, en su mayoría a través de mensajes de WhastApp, y así mantener una posible negociación.
Paralelo a ello, la Policía tomó contacto con sus homólogos en México con el objetivo de lograr el rescate o la liberación de Cristo y Quiñones.
«Las comunicaciones y la exigencia del dinero fueron cambiando; al principio intentaron ser amables, y terminaron, muy seguramente para generar presión, amenazando con matarlos si no accedían a sus exigencias», señaló el mayor Prieto.
En Colombia, la Fiscalía y la Policía abren la noticia criminal por secuestro extorsivo y comienza el intercambio de información con la Policía Antisecuestro de México, que le da prioridad a la ubicación de los colombianos, “siempre ante el temor de que los asesinaran”, afirmó el investigador.
“Desde el Ciber Gaula se adelantó la investigación con base en los números celulares desde donde llamaban y contactaban a las familias. Se trató de hacer una georreferenciación. La información recaudada se le entregó a la Policía de México, que rastreó los números y montó la operación de rescate. Ellos constataron la identidad de uno de los secuestradores, y por su celular lograron su ubicación”, aseguró el general Fernando Murillo, director del Gaula de la Policía a nivel nacional.
Los secuestrados habían sido trasladados a Monterrey, donde la Policía mexicana los ubicó y rescató el pasado 5 de marzo en medio de un fuerte cruce de disparos.
“Por fortuna nuestros connacionales salieron ilesos. Su estado de salud es bueno y en las próximas horas llegarán a Colombia. Ellos quedaron bajo custodia de la embajada de Colombia”, resaltó el general Murillo.
Los jóvenes regresaran al país este miércoles 11 de marzo, luego de atender algunos requerimientos de las autoridades en México.
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