El colegio Stella Vélez Londoño está cerrado desde agosto por un derrumbe y los niños terminaron el año recibiendo sus clases en la parroquia y en la sede de Acción Comunal.
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Los 500 niños que estudian en el colegio Stella Vélez Londoño, de la comuna 13, terminaron el año escolar en la parroquia del barrio y en la junta de acción comunal. La primaria, que queda en la parte alta del barrio La Quiebra, está en riesgo por un deslizamiento de tierra. El lado izquierdo de la cancha se resquebrajó y toda la estructura está en riesgo. Aunque eso sucedió el 10 de agosto de este año, todavía no hay una solución a la vista.
Lo que pasa en el Stella Vélez es síntoma del padecimiento de gran parte de la comuna. El barrio El Pesebre se quedó sin cancha, también desde agosto; en El Socorro, en la parte alta de la ladera, un derrumbe dejó varias casas sitiadas. Giovanni Tabares, el presidente de Asocomuna, una organización que reúne a 31 juntas de acción comunal de la 13, tiene una diagnóstico al respecto: “La comuna está sitiada por el invierno. Hay deslizamientos en Las Independencias, La Quiebra, El Socorro (…) Y lo peor es que la gente ya no está reportando las emergencias”.
¿Por qué? La respuesta la da Rosalba Piedrahíta, presidenta de la Junta de Acción Comunal de El Pesebre. Caminando por el barrio, se lamenta de que un deslizamiento de tierra dejó inutilizable la cancha. Pero esa no es la imagen más diciente. Junto al derrumbe, que está cubierto con un plástico, la comunidad instaló arbolitos de Navidad, a manera de decoración. “Decidimos hacerlo para que no se vea esto tan escabroso, tan terrible. Además, con este invierno, es el único espacio que les quedó a los niños para jugar”, relata la líder.
Ahora bien, la razón para no declarar las emergencias, como lo dice Tabares, tiene que ver con la falta de confianza en las instituciones. Bajando una loma, donde hay siete casas en riesgo, la líder comenta: “La gente ya no quiere llamar a la Alcaldía porque no hay confianza. Lo único que hace es, si acaso, recomendar una evacuación y la gente se queda sin a dónde irse. Por eso ya no quieren decir nada”.
Lo grave de esta situación es que las personas se quedan en sus casas sin idea del peligro que tienen ante sí. Tabares, que recibe noticias de toda la comuna, dice que ese mal ha crecido con el tiempo y las consecuencias son dos, aunque obvias: la fuerte ola invernal y el desbordamiento en la capacidad de respuesta de los entes públicos.
Antes de seguir el recorrido es menester volver al colegio Stella Vélez Londoño. Desde la terraza de ese colegio, muy cerca del deslizamiento que tiene en riesgo al edificio, se alcanzan a ver algunas casas entre una vegetación frondosa. “Esas casas están en el mismo riesgo que el colegio, pues la falla sigue de acá para abajo”, dice, señalando, alguien de la comunidad educativa que no quiso dar su nombre. Y continúa: “No sé qué va a pasar con ellos, porque ni siquiera han reportado que están en peligro”.
En cuanto a los estudiantes, el integrante de la comunidad deja claro que la parroquia y la Acción Comunal no son espacios adecuados. Como la cancha está cediendo, no hay dónde jugar. Para recibir clases en esos salones tuvieron que dividir los grupos y ofrecer sesiones de solo 2 horas y 45 minutos. Fueron tres meses en esas circunstancias, sin una solución.
Desde EL COLOMBIANO le preguntamos a la Secretaría de Educación por lo que pasa en el colegio. Desde la Alcaldía respondieron, de manera escrita, que las vigencias futuras de 2023 y 2024, aprobadas por el Concejo, será utilizadas en la contratación de un estudio “geológico – geotécnico que incluya análisis de la estabilidad de la ladera que permita definir cuáles son las obras físicas necesarias para mitigar el riesgo de deslizamiento”.
La respuesta, sin embargo, no detalla una fecha para la intervención. Aunque la Alcaldía dice que el derecho a la educación se está cumpliendo, es evidente que los espacios en que están los niños no son los adecuados. Mientras no haya una solución, el colegio, como tantos otros barrios de la comuna, seguirá sitiado.
Este recorrido por la comuna 13 termina en el sector El Socorro-Los Ángeles. Gustavo Ríos, el presidente de la junta de ese barrio, se queja de que un deslizamiento afectó dos casas y que, pese a que ha puesto la queja, no ha recibido respuesta. Por eso, dice Tabares, la gente ahora prefiere callar y atenerse a las consecuencias.
Aunque preguntamos al Dagrd sobre la cantidad de atenciones en la comuna 13 durante este año, aún no recibimos la respuesta de esa dependencia.
