Se trata de un hombre que llevaba varios años en la institución. Su cuerpo fue encontrado sin vida en el penal.
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Un dragoneante del Inpec fue encontrado sin vida en una zona boscosa de la cárcel de El Pedregal, en Medellín. Así lo confirmaron las autoridades, luego de precisar que el hecho es objeto de investigación y que la víctima ajustaba 15 años prestando servicios en la entidad.
Desde el Sindicato de Trabajadores del Inpec en Antioquia precisaron que el cuerpo del servidor fue encontrado por sus compañeros en una zona alejada del penal. En principio, y convirtiéndose esto en la primera alarma, el hombre no se reportó para un procedimiento de rutina. Según testimonios, portaba su arma de dotación.
Lo que expresaron desde el mismo sindicato es que los compañeros del fallecido le vieron por última vez en la zona de caninos, pero justo allí le perdieron de vista, cuando se debía adelantar un procedimiento de rutina. Ahí empezó la búsqueda.
El hombre tenía como responsabilidades pasar revista a los internos, hacer requisas y asumir tareas operativas. Ajustaba, según ha trascendido, más de diez años al servicio de la institución. Aunque tratamos de contactar a la directora del Inpec para Antioquia y Chocó, Imelda López, no recibimos respuesta sobre el particular.
Pese a esto, algunas versiones apuntan a que el dragoneante fallecido pudo haber accionado el arma de dotación que portaba. Lo que expresaron desde el sindicato es que la salud mental de estos servidores tiende a deteriorarse con facilidad por cuenta de la sobrecarga de labores y las difíciles condiciones al interior de los penales.
Otro elemento es que las dinámicas de convivencia en estos centros son complejas y ello también repercute en el bienestar, tanto de dragoneantes como de internos. El hecho, por el momento, es objeto de investigación. Desde el Inpec manejan el tema con reserva.
Hay que recordar que este centro penitenciario suele reportar inconsistencias en la prestación de algunos servicios por parte de entidades como la Uspec, a través de los contratistas de alimentación y de intoxicaciones frecuentes, además de vulneraciones a los derechos por cuenta del hacinamiento.