Se trata del tramo previo a la quebrada La Josefina, en el municipio de San Luis. Invías realizó una intervención en este sector y señalizó para evitar más accidentes, aunque los trabajos de pavimentación no avanzan de manera satisfactoria y el proyecto de una vía 5G está archivado.
Una curva en la autopista Medellín-Bogotá, viniendo hacia la capital de Antioquia, se convirtió en el punto más letal que conecta a las dos principales ciudades del país. Solo entre el martes 31 de diciembre y el sábado 4 de enero ocurrieron tres accidentes en el mismo punto que cobraron cuatro vidas y dejaron 44 lesionados, en un corredor cuya pavimentación avanza de forma lenta y en el cual fue archivado el soñado plan para construir una doble calzada hasta Caño Alegre.
El punto crítico de siniestralidad en la vía está entre los kilómetros 75 y 76 del tramo El Santuario-Caño Alegre, en el sector Casa de Piedra, en la vereda La Josefina de San Luis, Oriente antioqueño.
Si el conductor toma la curva a una velocidad alta, sin la precaución necesaria, termina yéndose de frente a la canalización de la quebrada La Josefina, tal como ocurrió con un bus y dos carros particulares desde el 31 de diciembre.
De acuerdo con las denuncias de quienes residen en el sector, el mayor riesgo de esta vía, además de la imprudencia de algunos conductores, está relacionada con los problemas de señalización, porque no está demarcado el riesgo de curva peligrosa ni hay señales preventivas para conductores.
Sin embargo, desde Invías, el pasado domingo ubicaron unas carpetas y una señal de desvío para prevenir a los conductores de los peligros que representa esta curva y que quedó evidenciada en tres accidentes ocurridos en muy poco tiempo.
En el accidente del pasado sábado con el bus de la empresa Rápido Ochoa perdieron la vida los pasajeros Hilda Marina Echavarría, Yeraldine Gómez y Juan Daza Soto, mientras que seis de los 39 pasajeros lesionados fueron trasladados a la Clínica Somer, de Rionegro, por la gravedad de las heridas.
Dos días antes, en horas de la noche, otro carro acabó en un barranco luego de que su conductor siguiera derecho en la curva, acabando en el caño de La Josefina. En este caso murió Paola Juliana Becerra Pineda, de 7 años, y los tres adultos que la acompañaban resultaron heridos.
El último día de 2024 ocurrió el primer accidente de esta seguidilla, luego de que un vehículo particular acabara volcado en el abismo de esta quebrada, siendo este el caso menos grave de todos, ya que sus dos ocupantes sufrieron lesiones leves.
Si bien esta racha de siniestros en este punto prendió las alarmas, en el pasado también se registraron varios casos por la misma razón, por lo que vecinos y los conductores pidieron medidas para evitar que se sigan presentando muertes en la zona.
¿Cómo va la pavimentación?
Al problema de alta siniestralidad en esta vía se le suma su mal estado, puesto que a este corredor, a cargo de Invías, no se le hizo la pavimentación esperada en el segundo semestre del año pasado. En julio de 2024, EL COLOMBIANO recorrió la vía y contabilizó más de 100 huecos solo en el tramo entre El Santuario y Doradal.
Mauricio Gómez, uno de los comerciantes de este corredor nacional, indicó que si bien sí se han hecho labores, solo se han focalizado en algunos puntos y no en toda la vía, por lo que los riesgos continúan latentes para los conductores si no saben esquivarlos.
Consultamos a Invías para que hablara sobre los avances de los trabajos de pavimentación, pero al cierre de la edición no respondieron sobre este tema. En agosto del año pasado la entidad nacional anunció la inversión de $27.221 millones para los arreglos, obras que quedaron a cargo del Consorcio Mantenimiento Vial PG.
El mayor inconveniente con el Gobierno Nacional es que el mantenimiento de la vía se hace lentamente y la posibilidad de construir la doble calzada entre El Santuario y Caño Alegre se encuentra archivada, luego de que la resolución 2905 del 20 de marzo de 2024 declarara que no se cumplían los requerimientos en la etapa de factibilidad para la ejecución de la obra de 123 kilómetros por parte de la concesión Ruta del Agua.
Sin embargo, en octubre del año pasado, la ministra de Transporte, María Constanza García, hizo mención de la opción de buscar el apoyo de Findeter para esta obra y hacer los cobros con la instalación de un peaje, pero desde entonces no ha habido avances sobre este nuevo proyecto. No puede ser que las dos principales ciudades del país estén conectados por una peligrosa y vetusta vía. ¿Hasta cuándo?