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Hay muchas dudas sobre la vacuna anunciada desde Rusia

El mundo ha reaccionado con escepticismo y prudencia al anuncio de Rusia de que ha desarrollado la primera vacuna “eficaz” contra el coronavirus, que reapareció en Nueva Zelanda después de tres meses, se está agravando de manera preocupante en España y ya ha infectado a más de 20 millones de personas.

“Esta mañana, por primera vez en el mundo, se ha registrado una vacuna contra el nuevo coronavirus”, anunció el presidente ruso Vladimir Putin. “Sé que es bastante eficaz, que otorga una inmunidad duradera”. El presidente aseguró que incluso una de sus hijas había sido vacunada con la denominada Sputnik V, en referencia al primer satélite que la entonces Unión Soviética puso en órbita.

TOMADO DE: elcolombiano.comAntioquia - Medellín | El Colombiano, noticias.

El fondo soberano ruso que participa en el desarrollo de la vacuna aseguró que en septiembre empezará la producción industrial. El gobierno asegura que la fase 3 de ensayos clínicos iniciará hoy; autoridades médicas rusas y profesores empezarán a ser inoculados a partir de agosto, antes de administrarla masivamente desde el 1 de enero de 2021.

Una veintena de países extranjeros ya han encargado “más de 1.000 millones de dosis”, dijo el presidente del fondo Kirill Dmitriev, pese a que la fase III de los ensayos (la fase más importante con ensayos clínicos con grandes grupos de personas) empieza este miércoles.

El Ministerio de Salud ruso asegura que su vacuna permite “generar una inmunidad prolongada” de hasta “dos años”. Los datos sobre los que reposan estas afirmaciones no han sido publicados. “Esta declaración es prematura ya que no sabemos si esta (o cualquier otra) va a proteger contra la covid-19” ni “cuál será la duración de la inmunidad. En realidad, la distancia con las primeras inmunizaciones en el hombre solo es de unos meses/semanas”, advierte a la AFP la viróloga francesa Marie-Paule Kieny, antigua directora general adjunta de la OMS.

Sobre el tema, John Mario González, colombiano miembro de la Academia Nacional de Medicina y de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, añade: “No se sabe nada, qué la compone, el antígeno, la dosis, el vehículo, la respuesta inmune… Solo que ya pasaron la fase 1”.

¿Problemas de seguridad?

Tras el anuncio ruso, la OMS advirtió que la homologación de una vacuna exige procedimientos “rigurosos”, entre ellos el examen y la evaluación de todos las datos de seguridad y eficacia requeridos en ensayos clínicos.

“Para autorizar una vacuna contra la covid-19 es necesario que los ensayos clínicos aporten sólidas pruebas sobre su seguridad, su eficacia y su calidad”, alertó la Agencia Europea del Medicamento (EMA).

Y es que ir demasiado rápido en los ensayos clínicos “puede generar problemas” en cuanto a la seguridad, advierte Daniel Floret. Según él, “uno de los puntos clave será aportar la prueba de que la vacuna no va a causar un empeoramiento de la enfermedad” en las personas vacunadas, lo contrario del objetivo.

Ha ocurrido con monos “en intentos de desarrollo de vacunas contra el MERS-CoV y el SARS”, otros dos coronavirus. Este fenómeno de agravación de la enfermedad se observó en el hombre en los años 60 con algunas vacunas contra la rubéola, que fueron retiradas, y contra la bronquiolitis del bebé, que fue abandonada.

Asimismo, el anuncio ruso del amplio despliegue de su Sputnik V le parece un poco prematuro a muchos científicos. “Es una decisión irresponsable e imprudente. Una vacunación masiva con una vacuna que no ha sido bien ensayada carece de ética”, comentó François Balloux de la Universidad de Londres, y advirtió que cualquier problema con las campañas de vacunación sería “desastroso” tanto por sus efectos en la salud de las personas vacunadas como por la desconfianza que generaría en la vacunación

¿Cuáles son las técnicas?

Algunos equipos trabajan en vacunas clásicas que utilizan un virus desactivado. También hay las denominadas “subunitarias” a base de proteínas (antígenos) que provocan una respuesta inmunitaria, sin virus. Otras, “de vector viral”, son más innovadoras: utilizan como soporte otro virus al que se transforma y adapta para combatir la covid-19. Es la técnica elegida por los rusos así como por la Universidad de Oxford que utiliza un adenovirus (familia de virus muy corrientes) de chimpancé.

Asimismo, otros proyectos se basan en vacunas de “ADN” o de “ARN”, productos experimentales que utilizan material genético modificado. “Cuantos más candidatos y más tipos de vacunas haya, más probabilidades habrá de conseguir algo”, explicó a la AFP Daniel Floret, vicepresidente de la Comisión Técnica de Vacunaciones.

En general, hasta ahora, solo se han publicado los resultados preliminares (fase 1 y 2). Los últimos son los de la vacuna candidata de la Universidad de Oxford y el de una empresa china, CanSino, publicados el 20 de julio, que han mostrado que son bien tolerados por los pacientes y provocan “una fuerte respuesta inmunitaria”.

Pero “no sabemos si estos niveles de inmunidad pueden proteger contra la infección (…) ni si esta vacuna puede proteger a los más frágiles de las formas graves de la covid-19”, comentó Jonathan Ball, profesor de virología molecular de la Universidad de Nottingham (Reino Unido).

Un estudio británico publicado a mediados de julio sugiere que la inmunidad basada en anticuerpos podría desaparecer solo en unos meses en el caso de covid-19, lo que amenaza complicar la puesta a punto de una vacuna eficaz a largo plazo.

¿Cada vez más rápido?

En el mundo se han acelerado los procedimientos de forma inédita, en particular en China, donde emergió el virus SARS-CoV-2.

Los Estados y las grandes fundaciones se han lanzado a captar fondos internacionales. Esto permite a las empresas empezar la fabricación industrial de sus vacunas al mismo tiempo que trabajan en su elaboración, dos etapas que normalmente son distintas.

Estados Unidos, que cabalga en solitario, ha puesto en marcha la operación “Warp Speed” (más allá de la velocidad de la luz) para acelerar el desarrollo de una vacuna destinada en prioridad a los 300 millones de estadounidenses

CONTEXTO DE LA NOTICIA

Explica John Mario González, miembro de la Academia Nacional de Medicina y de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales que se necesitan estudios preclínicos con animales para ver que hay un buen candidato vacuno. Luego sigue la fase 1, en la que se comprueba que no sea tóxica, que no dañe algún órgano ni produzca reacciones severas y que sea inmunogénica, es decir, “que produzca anticuerpos y células específicas de lo que se vacunó”. También ahí se define la dosis. En la fase 2, se hace una infección controlada en voluntarios humanos, grupos pequeños de más o menos 10 o 20 personas. En la fase 3 se inmuniza a mucha gente en la que la enfermedad circula. Una vez pasado este nivel, la vacuna se debe producir masivamente”.

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