En el último adiós del excomandante del Bloque Sur estuvieron además sus padres, su esposa y el mayor de sus dos hijos. También su amigos y conocidos.
El excombatiente había denunciado en repetidas ocasiones las amenazas por parte de otros actores armados de las que eran objetivo los excombatientes, sus familias y los campesinos que años atrás habrían colaborado con las Farc en este departamento.
Su muerte se convirtió en la número 321 de los firmantes de paz. Hasta el momento no se ha dado captura a los responsables; las autoridades ofrecen hasta $30 millones de pesos por información que conduzca a su paradero.
“La historia dirá que Ramiro Duran fue un revolucionario que sobrevivió a los años más complejos de la guerra y fue asesinado desarmado bajo el silencio cómplice de un Gobierno Nacional que no hizo nada para preservar la vida de los firmantes del Acuerdo de Paz”, lamentó Diego Tello, asesor de paz del Departamento.