Tal es el caso de Carol Bryan, una mujer estadounidense que por muchos años trabajó como modelo y quien cayó en manos de un falso cirujano. ¿El resultado? Serias afectaciones en su rostro.
Aquí le contamos la historia de esta mujer.
A los 16 años, Bryan empezó su carrera en la industria del modelaje, en la ciudad de Florida (Estados Unidos).
Más de una década después, a los 30, decidió que era hora de hacerse algunas mejoras para ‘evitar’ la notoriedad del paso del tiempo.
En un inicio, solo quería quitarse algunas líneas de expresión que se estaban acentuando alrededor de sus ojos, por lo que utilizó bótox durante un par de años.
En 2009, a sus 47 años, la modelo decidió probar unos rellenos faciales para corregir lo que un supuesto médico le describió como «pérdida de volumen en la frente y en los pómulos». Sin embargo, todo salió mal.
El falso cirujano que la convenció de la intervención de antienvejecimiento combinó dos tipos diferentes de compuestos en una misma jeringa, siendo uno de ellos la silicona. Después, procedió a inyectarlos en las zonas equivocadas.
Los efectos secundarios no se hicieron esperar. En menos de un mes el rostro de Carol comenzó a hincharse, a tal punto que tuvo que utilizar cinta para evitar que sus párpados se le cerraran.
Los siguientes cuatro años se los pasó en cirugías para revertir el daño. No obstante, fueron en vano y su rostro se desfiguró más.
En una de esas operaciones, que tenía el objetivo de retirar la piel de su frente, el nervio óptico del ojo derecho fue afectado y perdió la vista de manera permanente.
«Me ponía gorros, pañuelos y siempre iba con gafas de sol”, contó Bryan en su sitio web.
En una conversación con el medio ‘The Independent’, Bryan explicó que fue tan grave lo que le ocurrió que decidió esconder su rostro, no solo de su familia y amigos, sino también de ella misma: “Evitaba mirarme al espejo”.
“No salía de mi casa. Simplemente me encerré en mi habitación. No estaba segura de poder sobrevivir, llegué a considerar el suicidio”, mencionó.
Pero Sofía, su hija, no perdió la esperanza y la ayudó a salir adelante.
En 2013, la joven envió a diferentes hospitales estadounidenses fotos de su madre con el fin de hallar alguna solución.
Solo un centro de salud se atrevió a tomar el caso
La clínica Craneofacial, de la Universidad de California, en Los Ángeles (Estados Unidos), se decidió a ayudar a Carol, a pesar de que los riesgos. La modelo fue sometida a un procedimiento quirúrgico de 16 horas, en el cual le extrajeron todos los músculos y tejidos de la frente hasta llegar al hueso. Luego, retiraron parte de la piel de la espalda para reemplazar el tejido dañado.
Carol ahora tiene 58 años y ha participado en numerosas campañas de prevención.
En 2018, estuvo en el programa de televisión ‘Doctors’, el cual realizó un seguimiento de su caso y mostró, con el uso de fotos de archivo, testimonios y videos, la difícil experiencia por la que pasó.
“Si pudiera, no cambiaría lo que me sucedió, independientemente de cuánto sufrí, pues me dio una nueva y digna vocación”, explicó en su momento la ex modelo y ahora conferencista.
