GUSTAVO OSPINA ZAPATA
El páramo del municipio de Sonsón se convirtió en el nuevo hábitat de una tigrilla lanuda (Leopardus tigrinus), especie de fauna silvestre, que el pasado domingo fue liberada allí por la corporación ambiental Cornare con apoyo de la Fuerza Aérea Colombiana.
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El ejemplar, que es uno de los felinos más pequeños (entre 1.5 y 2 kilogramos de peso), estuvo en proceso de readaptación durante siete meses tras ser rescatado en un potrero en zona rural del municipio de Argelia (Oriente antioqueño), en donde apareció en estado de vulnerabilidad tras suceder una fuerte tormenta. El rescate se logró gracias a que una familia campesina reportó su presencia a la corporación.
El animal fue llevado al Hogar de Paso de Cornare, donde se inició su recuperación con participación del equipo de Fauna Silvestre de la corporación, que hace parte del convenio con el Área Metropolitana.
“Una vez se dio ingreso a la pequeña, el grupo de veterinarios realizó el diagnóstico médico y determinó que estaba en buenas condiciones, pero requería perfeccionar su comportamiento natural y completar su desarrollo, así que, posteriormente, los zootecnistas y biólogos establecieron su alimentación y la mejor manera de hacer que pudiera estar en un ambiente similar al suyo. El Equipo preparó una jaula especial en la que la tigrilla no tuviera contacto humano y pudiera desarrollar todas las destrezas e instintos felinos, pensando en su posterior liberación”, detalló la corporación.
En este refugio, la tigrilla aprendió a comer por su propia cuenta, a cazar y a identificar las presas. Además, se le se le realizaron actividades de ahuyentamiento para que no se acostumbrara a la presencia de los humanos ni asociara el grupo de fauna con una fuente de alimento y así pudiera aprender a reaccionar en condiciones de su ambiente natural.
“La tigrilla tuvo una respuesta muy positiva al proceso de rehabilitación, aprendió a conseguir su alimento por sí sola, siempre encontraba refugio, era agresiva y asustadiza y nunca buscó cariño ni atención de parte del grupo, lo que favoreció su pronta recuperación”, explicó Camilo Muñoz, médico veterinario de Cornare.
El equipo interdisciplinario incluyó, además de biólogos y veterinarios, técnicos, operarios y practicantes, y cuando la pequeña estuvo lista para ser liberada se exploró el lugar ideal para trasladarla y devolverla a la libertad.
Dicho espacio fue el área protegida Páramo de Vida Maitama – Sonsón, un hábitat en el que se tiene registro de la presencia de esta especie.
“Fue necesario identificar en la cartografía el hábitat más apropiado para la liberación y se determinó que esta zona del Páramo tenía un bosque más continuo y estaba alejada de centros poblados o viviendas rurales, entre otras condiciones favorables”, manifestó David Echeverri López, coordinador del Grupo Bosques y Biodiversidad de Cornare.
Para su liberación se desplegó un operativo en el cual se contó con el apoyo de Miembros de Cacom No. 5 de la FAC y se tuvieron en cuenta variables climáticas, de seguridad, de bioseguridad y operatividad en el terreno, entre otras. El viaje se hizo en un helicóptero UH-60 Black Hawk y una vez en el sitio, la tigrilla salió del guacal y se dirigió al bosque con habilidad y velocidad.
El Capitán Juan Arias, encargado de pilotear el helicóptero, emocionado al vivir la experiencia, extendió su invitación a la población colombiana a cuidar los felinos y la fauna silvestre.
