El Banco Central Europeo mantuvo sin cambios las tasas de interés por primera vez en más de un año, mientras evalúa si una serie de aumentos sin precedentes logrará controlar la inflación.
Tras la decisión del mes pasado de elevar la tasa de depósito a un récord del 4%, las autoridades decidieron mantenerla en ese nivel el jueves, lo que coincidió con las predicciones de todos los economistas encuestados por Bloomberg.
En un comunicado , las autoridades monetarias reiteraron que mantener los costos de endeudamiento en ese nivel durante el tiempo suficiente “contribuirá de forma sustancial” a que los aumentos de los precios al consumidor vuelvan al objetivo del 2%.
La presidenta Christine Lagarde señaló en rueda de prensa desde Atenas, donde el Consejo de Gobierno celebra para una de sus reuniones periódicas fuera de la sede del BCE en Fráncfort, que cualquier debate sobre cuándo recortar las tasas es prematuro. Previamente afirmó que los riesgos para la producción siguen estando sesgados a la baja.
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“Es probable que la economía siga débil durante el resto de este año”, dijeron a los periodistas. “Pero a medida que caiga la inflación, los ingresos reales de los hogares se recuperarán y la demanda de exportaciones de la eurozona aumentará, la economía debería fortalecerse en los próximos años”.
Al igual que sus homólogos estadounidenses y británicos, el BCE no ha cerrado la puerta a nuevas alzas en caso de que la inflación no se reduzca con la suficiente rapidez. Pero existen pocas dudas entre economistas e inversionistas de que el punto más alto de los costos de endeudamiento de la eurozona se alcanzó luego de 10 aumentos consecutivos que comenzaron en julio de 2022.