Juan Felipe Zuleta Valencia
Hasta arrimados en una iglesia y apretujados al lado de lavamanos han tenido que estudiar por los problemas de infraestructura.
Los estudiantes y el consejo de padres de familia de la Institución Educativa Stella Vélez, en el barrio La Quiebra, en la Comuna 13, decidieron bloquear el acceso al colegio este lunes 6 de mayo en protesta por los tres años de negligencia que han sufrido por parte de la Alcaldía de Medellín, que los tiene pasando por varias situaciones denigrantes.
Según señaló el rector Pedro Mena, en la madrugada de este lunes los estudiantes y padres de familia llegaron hasta el colegio para poner candados en la puerta de ingreso y armar un plantón frente a la sede principal de la Institución, luego de agotar todos los recursos para pedirle tanto a la alcaldía pasada de Daniel Quintero como a la actual de Federico Gutiérrez que por fin los escuchen.
De acuerdo con el rector, van para dos años con el bloque uno del colegio cerrado y sin ninguna solución a la vista. Por falta de aulas, a los estudiantes les toca ir a clase con “pico y placa”, lo que ha deteriorado profundamente el desempeño académica y la formación integral.
Para intentar suplir la falta de espacio, la sala de informática, el laboratorio y auditorio se convirtieron en aulas de clase y ahí estudian casi embutidos todos los días. Pero eso no es todo. En el bloque dos, apuntó el rector, donde se atienden a 910 estudiantes, más de 400 por jornada, solo se tiene habilitada y en muy regular estado una unidad sanitaria con cuatro sanitarios, los estudiantes tienen que hacer largas filas para el ingreso.
El caso de este colegio saltó a la luz pública a mediados del año pasado cuando los propios padres de familia denunciaron la insólita situación de que sus hijos habían tenido que irse a estudiar “de arrimados” a la parroquia del barrio y a un salón de la junta de acción comunal, luego de que en agosto de 2022, a causa de las lluvias de aquel momento, la sede que atendía a primaria presentara unos daños estructurales que obligó a su evacuación. Desde entonces están esperando que el Dagrd realice las obras necesarias para volver a habilitar la sede, pero no ha sido posible.
Incluso durante la Semana Santa pasada, agobiado por la crisis económica en la que recayó la iglesia, el párroco tuvo que pedirle a las familias que dejaran de llevar a sus niños allí pues aunque la Secretaría de Educación se había comprometido a pagar los servicios de la iglesia y los gastos en los que tuviera que incurrir para albergar a los estudiantes, nunca pagó una sola factura y los gastos del templo se fueron por las nubes.
Y ahí no para todo. El Stella Vélez Londoño fue uno de los colegios cobijados con los recursos de las famosas vigencias futuras que el entonces alcalde Quintero hizo aprobar al Concejo para destinar $319.000 millones en intervenciones de infraestructura para más de 400 sedes educativas.
Pero la plata se esfumó y la mejoría no se vio, según denunció el rector. Al colegio le asignaron $715 millones, de los cuales quedaron solo $400 millones pues lo que le dijeron al rector es que se habían ido poco más de $300 millones en temas administrativos. Las obras empezaron en septiembre. Estaban pactadas para terminar en dos meses y ya llevan siete meses y las instalaciones del colegio siguen en un desbarajuste tremendo. El contratista no construyó el restaurante escolar y se quedaron sin alimentación digna, y de las tres unidades sanitarias que existían solo habilitaron una y hasta destruyeron una batería sanitaria que tenían para estudiantes con discapacidad. Por eso tienen que hacer largas filas hasta para ir al baño, hecho que han registrado en videos donde se evidencia la indignante situación de estudiantes de todas las edades a punto de reventarse y sin poder acceder al sanitario.
Personal de la Secretaría de Educación llegó al lugar para dialogar con líderes estudiantiles, rector y padres. Se comprometieron a que este miércoles 8 de mayo subsecretarios de Educación sostendrán reunión con líderes escolares y acudientes del Consejo Directivo.