Valentina Bedoya López mantuvo una relación sentimental con un narcotraficante que fue asesinado, y desde eso, el grupo “Los Pescados” la amenazó con matar a su familia. Su madre, abuela y primo ya fueron asesinados. Los últimos dos en la masacre reciente que ocurrió en Marroquín II, Cali.

Un acto de venganza relacionado con el asesinato de una expareja presuntamente narcotraficante, en Cota, Cundinamarca, ocurrido el año pasado, desató una serie de homicidios perpetrados por una estructura criminal. La familia afectada, originaria de Cali, enfrenta recientemente la muerte de dos de sus familiares, quienes fueron asesinados en el triple homicidio que ocurrió en Cali el pasado domingo.
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Valentina Bedoya López, sobrina de Nohelia López Arenas, de 74 años, y prima de Juan Esteban López López, de 41, confirmó la información. Ambos fueron asesinados el pasado domingo 12 de enero en el sector del Bulevar de Oriente. Desde su exilio forzado por razones de seguridad, Bedoya reveló a El Tiempo los detalles sobre los presuntos responsables de esta ola de crímenes y solicitó ayuda urgente de las autoridades para proteger a su familia restante y facilitar su salida del país.
En su testimonio, Valentina relató que la reciente masacre tiene sus raíces en el asesinato de su expareja, un hombre vinculado al narcotráfico, cuyo entorno familiar la culpa por su muerte. “Las mismas personas que cometieron la masacre también mataron a mi mamá. Todo por haberme involucrado con un hombre de ese mundo. Aunque lo mataron, me culpan a mí. Sinceramente, ante Dios y la memoria de mis seres queridos, nunca hice nada en contra de su vida,” declaró Bedoya a El Tiempo.
Según su relato, tras el asesinato de su madre, la familia de su expareja la atacó en redes sociales mediante la difusión de fotos íntimas, seguido de amenazas directas. “Ellos son un grupo narcotraficante conocido como ‘Los Pescados’, originarios de Buenaventura. En sus mensajes me dijeron: ‘Voy a acabar con toda tu familia’, y lo están cumpliendo,” señaló.
Valentina identificó como cabecilla de estos ataques a Álvaro Arroyo Martínez, alias Cristian. Enfatizó la necesidad de acción inmediata por parte de las autoridades para proteger a sus seres queridos.
Valentina narró cómo las intimidaciones llevaron a la muerte de su madre, el 16 de septiembre de 2024, en el barrio El Caney, al sur de Cali. En medio de su dolor, denunció la falta de acción tras los crímenes anteriores. “Por miedo, permanecí en silencio. No pude despedirme de mi mamá. Ahora no tengo razones para callar; no permitiré que sigan destruyendo a mi familia,” afirmó.
Sobre los asesinatos recientes, contó que había intentado dialogar con los perpetradores para evitar más ataques. Incluso, ofreció su vida a cambio de la seguridad de sus seres queridos. Sin embargo, las amenazas se materializaron nuevamente el pasado domingo.
Antes de finalizar su declaración, Valentina envió un mensaje directo a los responsables: “Les suplico que paren. No tengo nada que ver con la muerte de su hermano. Por amor a Dios, deténganse. Nosotros también hemos sentido la pérdida de seres queridos. ¡Ya fue suficiente! Dejen a mi familia en paz.”
A su vez, pidió ayuda al presidente Gustavo Petro para que su familia, que aún continúa con vida y está escondida en este momento, pueda salir del país debido a las amenazas que ha recibido Valentina. “Yo no tuve nada que ver con la muerte de su hermano. Se lo suplico, paren con mi familia. Por favor busquen de Dios, tienen el corazón podrido (…) Si me querías destruir, lo lograste”, aseguró la mujer en medio del dolor.
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La situación exige una pronta intervención de las autoridades para frenar esta cadena de violencia que no solo enluta a una familia, sino que también evidencia la presencia y acción impune de estructuras criminales en el país. Créditos a El Tiempo por las declaraciones de Valentina Bedoya.