El menor pesa más de 130 kilos. Precisamente, el Concejo de Bogotá aprobó un acuerdo que regula las llamadas tiendas escolares para que no vendan comida chatarra.
Manuel* es un niño de 11 años en Bogotá que vive todo un drama por cuenta del grave sobrepeso que casi no le permite caminar.
“Él tiene 11 años y pesa más de 130 kilos, mide 1.40 cm”, indicó la mamá de menor con obesidad mórbida.
Su peso supera todos los indicadores considerados normales para un niño de 11 años con su estatura. Todo comenzó con la ingesta de galguerías que se fue haciendo incontrolable.
“Él es un niño comedor compulsivo y sus comportamientos por la comida son excesivos”, señaló la madre.
La mujer dice está desesperada y que no solo él está sufriendo, pues sus familiares ya no saben cómo ayudarlo.
“Está en peligro de muerte y ya no sé qué hacer, estoy muy agotada con esta situación, no puedo dormir en las noches”, manifestó.
Lo grave es que como este pequeño hay cientos de menores en el país, pues la pandemia habría empeorado su forma de alimentarse.
“Se estima que de cada 10 niños, 6 tienen sobrepeso y 4 obesidad mórbida, hay que tener un control en la comida y crear espacios y educación para mejorar su calidad de vida”, subrayó Salvador Palacio, terapeuta de Gorditos de Corazón.
Los expertos hablan de una pandemia de obesidad infantil, por eso piden que tanto las familias como las autoridades de salud pongan sus esfuerzos en combatirla, pues esta conlleva a una serie de enfermedades, como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial, la apnea del sueño, fallas hepáticas, la depresión y hasta la muerte.
Precisamente, en su afán de ponerle freno a la llamada comida chatarra en Bogotá, el Concejo aprobó un acuerdo que regula las tiendas escolares, teniendo en cuenta que por lo menos 6 de cada 10 niños presentan sobrepeso.
“Lo que busca este proyecto es incentivar a la alimentación saludable como son las frutas, que van a tener que tener mayor publicidad hacia los niños y dejar en la parte de atrás los alimentos ultraprocesados como los paquetes”, explicó el concejal Jorge Colmenares, autor de la iniciativa que cobija por el momento todas las instituciones públicas de la capital.
Colmenares señaló que se trata de una regulación progresiva hasta lograr una tienda saludable escolar.
Entre los productos que se prohibirán se encuentran comidas rápidas, energizantes y otros más que son perjudiciales para los niños.