Cristian Álvarez Balbín
De estos, 304 fueron en Medellín, lo que representa un incremento del 6% con relación a 2022. Aunque autoridades destacan reducción del flagelo en los últimos meses, aceptan que hay alerta por diciembre.
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Lo que iba a ser una noche de fiesta terminó siendo toda una pesadilla para Luis* por cuenta de un atraco con escopolamina. Hoy, más de 11 meses después, sigue sufriendo secuelas de esta sustancia usada por atracadores.
En 2023 ya se contabilizan 304 casos de hurto a personas mediante el suministro de escopolamina en Medellín. Tan solo entre julio y agosto (Feria de Flores) hubo 103 registros. La cifra global representa un 6% más con respecto a los 286 de 2022, cifra que no parece alta pero que puede dar indicios de un subregistro pues mucha gente no denuncia por pena. Y eso que todavía falta diciembre.
Eso fue el sábado 23 de enero como a las 11:00 p.m. Él entró a un negocio cerca de La Mayorista a tomarse unas cervezas. Allá se le acercó una de esas muchachas de allá a conversarle y de un momento a otro sintió que se le fueron las luces”, comentó una allegada al hombre.
Según pudo recordar Luis más adelante, la mujer en algún momento de la charla le acarició la cara, lo que él rechazó de inmediato. “Aunque la pelada se quedó al lado ahí insistiéndole, él se siguió tomando la cerveza y al ratico él quedó listo. De lo poco que se acuerda es que la misma pelada le decía que fueran para el cajero. Él dice que se sentía como distraído, como somnoliento. Y ella le insistía por la clave del cajero para que fueran a sacar plata. Luego sintió que lo agarraron de los brazos y lo montaron en un taxi. Y hasta ahí sabe”, narró.
Según la familiar, Luis apareció al otro día en su casa luego de haber sido trasladado por efectivos de la Policía de Itagüí al Centro de Traslado por Protección de este municipio que lo hallaron desorientado en una acera del barrio Santa María. Nunca lo llevaron a un centro médico
“Estaba sin reloj, sin billetera, sin celular, como muy elevado. Él duró así como 10 horas. Ese mismo domingo empezaron a aparecer retiros de su tarjeta de ahorros en negocios de Campo Valdés desde $400.000 a $1.200.000, así como compras en farmacias. Todo sumó más de $7 millones”, añadió la allegada indicando que pese a que se había alertado al banco de nada valió para que los ladrones se hicieran con su dinero.
Esa misma semana Luis puso la denuncia en la Fiscalía, apenas el lunes pasado fue citado a una audiencia en la que no le dijeron que debía llevar abogado. Sin embargo, allá sí estuvo presente un abogado del banco que le ofreció una “salida”. “El banco propuso que asumiéramos el 50% de las pérdidas o sino que empezáramos un proceso legal. Nosotros no tenemos como costear un abogado entonces nos tocó aceptar”, comentaron.
El tema de hurtos a través del uso de la escopolamina es un asunto que ya lleva tiempo figurando en la ciudad, sin embargo, con el cambio de ciertas dinámicas como la llegada masiva de turistas, se ha vuelto más frecuente.
Y si en Medellín el hurto a personas con esta modalidad ya es crítico, en Antioquia también preocupa la situación pues si también se cuentan los hurtos de carros, motos, residencias y negocios con este método, la cantidad de atracos con escopolamina alcanza los 1.211 casos en este 2023.
Si bien hay personas que indican que los métodos para intoxicar a las víctimas han variado, por ahora la forma más usual se mantiene a través de su ingesta camuflada en alimentos o bebidas, la cual puede durar cerca de 10 a 20 minutos para que surta efecto.
“Hay mucha gente que manifiesta que fueron víctimas luego de que las pusieron a oler un perfume o un jabón, o incluso en la aspersión de un polvo”, comentó un investigador del tema.
El toxicólogo de la Universidad de Antioquia, Hugo Gallego, comentó que como es sabido popularmente, la escopolamina en su estado puro se obtiene del árbol del borrachero. Sin embargo, por los efectos que esta causa, los delincuentes la mezclan con sedantes y calmantes para hacer más fácil el manejo de la víctima en estado de sumisión.
“En los análisis hechos se ha encontrado benzodiazepina, antidepresivos, fenotiazinas porque con la escopolamina sola lo común es que el cuadro de síntomas de intoxicación de un paciente presente pupilas dilatadas, piel roja —sobre todo en cara y cuello—, boca y lengua seca, así como cierta inquietud y desasosiego que los hace hablar muy duro. Por eso, para evitar los síntomas, los delincuentes echan los sedantes y así no llaman la atención y mantienen el control sobre la víctima”, explicó.
El toxicólogo Gallego mencionó que infortunadamente la escopolamina no altera el sabor de los productos en los que se suministra y su detección en el cuerpo requiere un proceso bastante complejo.
Ahora bien, frente a las secuelas que deja la intoxicación, Gallego comentó que estas pueden durar entre una y seis horas, aunque hay casos graves cuyos efectos se han extendido hasta por tres días.
“Además, esas mezclas pueden tener efectos temporales sobre el corazón con arritmias o infartos; pueden dar somnolencia que conlleve a traumas por caída; pueden dar psicosis y si se tienen antecedentes psiquiátricos, los alborota. Igualmente pueden causar riesgos de deshidratación y pérdida de memoria”, reseñó el experto, quien indicó que a estos pueden sumarse episodios de pesadillas o alteraciones nerviosas que duran días o hasta meses.