La empresa de transporte público Lolaya, que opera en Barranquilla, Soledad y Puerto Colombia, suspendió este miércoles sus operaciones, afectando a cerca de 5.000 usuarios.
La decisión de pausar el servicio se debe a una serie de amenazas y atentados que han puesto en riesgo la seguridad de los conductores y empleados.
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La suspensión se produjo tras una amenaza recibida por una cajera de la sede en Soledad. Esta intimidación se suma a dos atentados recientes contra los autobuses de la empresa: en uno de los incidentes, desconocidos dispararon contra un vehículo, mientras que en otro, arrojaron una piedra a uno de los vehículos. Afortunadamente, en ambos casos no se registraron heridos.
Uno de los conductores afectados, quien prefirió permanecer en el anonimato por razones de seguridad, expresó a Caracol Radio su preocupación por la situación y detalló las amenazas recibidas. “Nos sentimos desprotegidos por parte de las autoridades. Estamos expuestos a cualquier cosa en la calle (…) Nosotros trabajamos con susto porque no sabemos de dónde va a salir el plomo o el atentado que le vayan a hacer a uno”, comentó el conductor.
La empresa Lolaya ha decidido suspender sus servicios hasta que se garantice la seguridad de su personal y usuarios. Las autoridades han sido notificadas y se encuentran investigando los hechos para asegurar la protección tanto de los conductores como de las directivas de la empresa.
Los afectados esperan que la situación se resuelva pronto y que se restablezcan las operaciones para que los usuarios puedan continuar con su movilidad habitual.
Nueva amenaza
Otro de los conductores de la empresa indicó que una supuesta amenaza les llegó el día de ayer (martes), donde una banda criminal les manifestaba que debían cancelar un monto de dinero.
“A nosotros nos llegó un comunicado a la cajera, que hasta ayer (martes) había plazo de pagar. La empresa tomó la decisión de detener las rutas y nosotros apoyamos a la empresa”, indicó el conductor de la empresa Lolaya.