EL SALVADOR:
Por Maryelos Cea
Este sábado 22 de enero serán beatificados Rutilio Grande S.J., Manuel Solórzano, Nelson Rutilio Lemus y el fray Cosme Spessotto, quienes fueron asesinados entre 1977 y 1980. El vaticano reconoció su martirio por odio a la fe.
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La iglesia católica celebra este sábado la beatificación de cuatro mártires, quienes fueron asesinados por odio a la fe, como lo reconoció el Vaticano en 2020.
Rutilio Grande S.J. y los laicos que lo acompañaban el día de su martirio, Manuel Solórzano y Nelson Rutilio Lemus, serán elevados a los altares esta tarde, junto con el fray italiano Cosme Spessotto.
La beatificación se realizará en la Plaza Salvador del Mundo, que en las últimas semanas ha sido testigo de la construcción del templete y toda la logística para recibir a unas 6,000 personas, entre feligreses, autoridades de la iglesia, delegaciones internacionales y a los familiares de los mártires.
Anoche, el Arzobispado de San Salvador ultimaba los detalles para la ceremonia, que comenzará a las 5:00 de la tarde, con transmisiones en vivo en YouTube y Facebook, y será presidida por el cardenal Gregorio Rosa Chávez, nombrado por el papa Francisco para que lo represente.
El ingreso de los asistentes iniciará a las 2:00 de la tarde, mientras que el cierre de calles arrancó ayer, por lo que se recomienda buscar vías alternas para llegar a sus destinos.
Los preparativos siguen para que todos podamos disfrutar de otro momento histórico para la iglesia y para El Salvador», tuiteó la cuenta de la causa de beatificación de Rutilio Grande S.J.
Esta es la segunda ceremonia de beatificación que vivirá el país, después de la de el ahora santo Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, quien en vida fue amigo de Rutilio Grande y cuyo martirio marcó la misión sacerdotal del entonces arzobispo de San Salvador.
El padre jesuita Rutilio Grande fue asesinado el 12 de marzo de 1977 – en la antesala de la guerra (1980-1992) junto con Manuel Solórzano, de 72 años, y Nelson Rutilio Lemus, de 16. Se dirigían a El Paisnal, donde el padre Tilo, como lo conocía la gente, iba a oficiar una misa en honor a San José. Al lado del camino los esperaban hombres fuertemente armados, quienes ejecutaron el asesinato.
Al fray Cosme Spessotto lo asesinaron el 14 de junio de 1980, cuando estaba hincado sobre un reclinatorio, orando ante el Santísimo Sacramento. Para ese entonces, el sacerdote italiano, quien tenía 27 años de misión pastoral en El Salvador, ya había sido nombrado párroco en la que ahora es la catedral de Zacatecoluca.
Los asesinatos de los futuros beatos de la iglesia católica se atribuyen a los cuerpos represivos acuerpados por el Estado de esa época.