Jacobo Betancur Peláez
Medellín Cómo Vamos reveló su último informe de calidad de vida de las mujeres, advirtiendo amplias brechas de género en empleo, labores de cuidado y violencia.
Una amplia brecha en materia de hambre, empleo y pobreza, indicadores de violencia basadas en género que alcanzaron repuntes históricos y una carga en las labores de cuidado que sigue recayendo principalmente en las mujeres hacen parte de la más reciente imagen que quedó plasmada en el último informe de calidad de vida de las mujeres publicado por el programa Medellín Cómo Vamos.
Haciendo un repaso por temas centrales como la economía del cuidado, desigualdad, educación, salud, entre otras, el documento retrató las profundas asimetrías que se siguen presentando entre los hombres y las mujeres de la ciudad, así como las tareas más urgentes para revertir esa situación.
Mónica Ospina Londoño, directora de Medellín Cómo Vamos, advirtió que en materia económica los resultados de este año muestran un panorama contradictorio, ya que, pese a que Medellín logró mejorar sus indicadores de empleo y pobreza, teniendo tasas por debajo de las principales áreas urbanas del resto del país, esa mejoría no se ha repartido de forma equitativa.
Tan solo en materia de pobreza monetaria, por ejemplo, el informe muestra que, aunque el Valle de Aburrá tuvo el porcentaje más bajo en comparación con las principales ciudades del país (27,6%), la brecha entre hombres y mujeres fue una de las más altas. Mientras en los hombres ese indicador fue de 26,3%, en las mujeres fue de 28,7%; es decir, 2,4% por encima.
En cuanto al hambre, el programa recordó que en los resultados de la última encuesta de percepción ciudadana las familias que admitieron que uno de sus miembros comía menos de tres veces al día por problemas económicos (24,1%, la cifra más alta de los últimos 17 años), en su mayoría estaban encabezadas por mujeres (29,5%, en comparación con 17,7% encabezadas por hombres).
Estos dos indicadores, formuló el documento, se enlazan directamente con la desigual repartición de las labores de cuidado.
De acuerdo con las cifras de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo del Dane 2020 – 2021, en la región central del país (que incluye a Antioquia), mientras en 2021 las mujeres dedicaron 7:39 minutos de trabajo al día en actividades no remuneradas, los hombres dedicaron 3:12 minutos; lo que equivale a una diferencia de 4:27 minutos; el valor más alto de los últimos cuatro años.
Esa misma encuesta calculó que entre 2020 y 2021 las mujeres seguían teniendo la más gruesa participación en las labores no remuneradas, con un 89,7%, mientras los hombres solo tenían un 60,4%.
En cuanto a las labores remuneradas la proporción fue opuesta, ya que mientras el 53,9% de los hombres reportaban participación en las mismas, en el caso de las mujeres ese porcentaje fue solo del 28,3%.
Esa desigual carga en el trabajo, alertó el informe, está estrechamente ligada a otros campos, como por ejemplo el educativo, en el que la brecha entre hombres y mujeres también sigue siendo amplia, especialmente en los estratos más bajos.
Según desagregó Medellín Como Vamos, por ejemplo, los más recientes resultados promedio de las Pruebas Saber 11 mostraban que las mujeres estaban 11,4 puntos porcentuales por debajo de los hombres en el nivel socioeconómico 1. En contraste, en el nivel socioeconómico 4, correspondiente a hogares con mayores ingresos, el puntaje promedio global de las mujeres estaba 2 puntos porcentuales por encima que el de los hombres.
“Esto demuestra que las brechas de género medidas a partir de los resultados de las pruebas Saber 11° podrían estar explicadas por el nivel de ingreso de la mujer, teniendo en cuenta que a mayor nivel de ingreso menor es la brecha en el desempeño, inclusive es negativa para el nivel más alto”, sintetizó el documento.
En la misma dirección, los resultados de las Prueba Saber entre 2016 y 2022 mostraron que en ese periodo los puntajes promedio de las mujeres en áreas como Matemáticas, Lectura Crítica, Ciencias Naturales, Inglés y Ciencias Sociales se mantuvieron siempre por debajo del de los hombres.
Violencia no cede
Además de esta dimensión económica, el informe también mostró un panorama preocupante en cuanto a las violencias basadas en género, sobre todo en cuanto a reportes de acoso sexual y feminicidios.
Por el lado del acoso sexual, Medellín Cómo Vamos señaló que, de acuerdo con las cifras de la Policía, los reportes por ese tipo de delito se dispararon, aumentando un 69% al cierre de 2022 en comparación con 2021. Mientras en este último año se habían computado 96 reportes, en 2022 se contabilizaron 162, lo que equivale a la cifra más alta desde 2020.
Por otra parte, en materia de feminicidios, de acuerdo con los balances de la organización Casa de las Estrategias, durante 2022 ocurrieron al menos 28 feminicidios en la capital antioqueña, una cifra que solo equivale a 5 feminicidios menos que los ocurridos en 2021.
“Observamos que en términos de homicidios que, entre 2021 y 2022, el porcentaje de homicidios de mujeres que se dan en la misma vivienda de la mujer sube de 50% a 60%. Además, observamos que en el 30% de los casos el agresor es la pareja o la expareja”, alertó la directora Ospina Londoño, señalando que esos balances muestran que debe fortalecerse la forma en la que se atienden esos casos, sobre todo teniendo en cuenta que entidades como las comisarías de familia apenas gozan de una favorabilidad del 56%, tal como reveló la última encuesta de percepción ciudadana publicada este año.
Con base en ese panorama, Ospina finalmente apuntó que los indicadores dan cuenta de que la ciudad aún arrastra un grave rezago en crear las condiciones para que se reduzcan las brechas de género y se creen condiciones para que las labores del cuidado del hogar, el desempleo y el hambre no sigan golpeando más a las mujeres.
