POR JULIANA GIL GUTIÉRREZ |
Llegar a la frontera que divide a Colombia y Venezuela no es una garantía para cruzar al otro lado. Ese es el panorama que viven los ciudadanos venezolanos que están arribando a los pasos internacionales, por su cuenta o en buses dispuestos por los municipios, con el objetivo de retornar a su país.
En las últimas semanas 74 mil migrantes han regresado, pero las autoridades del régimen de Nicolás Maduro tienen una capacidad limitada para recibir a sus ciudadanos en albergues al otro lado de la frontera, por lo que están varados en el costado colombiano, esperando poder cruzar.
Hay un corredor humanitario habilitado en Norte de Santander, otro en Arauca y cinco en La Guajira, pero los venezolanos se están quedando atrapados. Según reveló Migración Colombia ayer, 15 mil personas del vecino país están en los pasos fronterizos de esos departamentos.
Las oportunidades de cruzar son limitadas porque ahora al régimen solo recibe a cien ciudadanos por día, lunes, miércoles y viernes, en cada uno de los cruces. Esto quiere decir que por semana solo logran pasar 1.200 personas. A esas 15 mil que ya esperan su turno para atravesar la zona limítrofe, se suman las que van arribando.
“El retorno voluntario de venezolanos depende de la capacidad de recibirlos de su propio país, que ha impuesto nuevas restricciones para el paso de sus connacionales por los corredores humanitarios que hemos implementado en las fronteras”, aseguró Juan Francisco Espinosa, director de Migración Colombia.
Bogotá, Bucaramanga, Cali, Medellín y Tame son las ciudades de las que más han retornado estas personas. No obstante, en algunas de estas aún hay concentraciones de ciudadanos que piden ayuda para salir del país. En la capital, 380 migrantes están instalados en un campamento improvisado en la Autopista Norte. Las autoridades les ofrecieron un traslado a albergues, pero no lo aceptaron (ver Paréntesis).
Ese relato de ciudadanos concentrados se repite en Bucaramanga, Cali y Tame, recuerda el gerente de fronteras, Felipe Muñoz. Además de Villa del Rosario –cerca de Cúcuta–, el punto “más complicado”, en la actualidad, dice el gerente. Esto, debido a que es el municipio de llegada de los venezolanos porque allí está el Puente Internacional Simón Bolívar, el paso más importante con el vecino país.
También, “en Ipiales, a pesar de los controles, algunas personas cruzan por trochas ilegales y hemos ubicado unos sitios especiales para que puedan pasar la cuarentena”, afirma Muñoz. Por ahora la prioridad para el gobierno son las zonas de frontera a las que han llegado 945 buses con migrantes, sumando los que arriban caminando después de cruzar el país por su cuenta. Este jueves las autoridades definirán si instalan un lugar de paso en el Puente Internacional Tienditas para atenderlos.