Escoge hombres a quienes los insulta en la calle cobrándoles por falsos servicios sexuales. Policía pide que víctimas denuncien.
BARRANQUILLA.
Una mujer comienza a gritar en una de las calles del barrio Universal. Desesperada, increpa a un joven que pasaba por el lugar y le exige que le pague por servicios sexuales. Lo insulta, le pega, le rompe la camisa y el joven trata con todas sus fuerzas de librarse de ese problema, pero no puede.
Los vecinos del lugar creen que la persona tiene la razón, pero no saben que todo es una trama de esta persona para robarle dinero al muchacho.
Días después sucedió una situación similar. La nueva víctima de la mujer fue un vigilante que caminaba rumbo a su trabajo. El desprevenido hombre iba por la acera cuando fue interceptado por la airada delincuente.
“Te gusta que te den (…) y quieres pagar poquito. Dame los $ 20 mil, dámelos. Págame porque te cacheteo…”, gritó a todo pulmón la sospechosa mientras que el vigilante la miraba con asombro y trataba de librarse del espectáculo callejero en el que había quedado inmerso.
Sin embargo, ante la presión de la ladrona y la vergüenza por la cantidad de personas que se habían acercado a ver lo que ocurría el hombre no tuvo más que sacar unos pesos y entregárselos a la chica, quien se marchó del lugar, todavía aparentando indignación.
“Sabe a quién coger”
Una persona que se puso en contacto a través de la línea Wasapea a EL HERALDO confirmó que todo ese escándalo que hace esta persona en el barrio Universal es “una estrategia para robarles a los hombres. Ella sabe con quién se puede meter, sabe a quién montársela”, aseguró un morador del barrio.
“Ella vive en el sector hace rato, pero nunca le habíamos visto ese comportamiento. Desde hace 15 días lo viene haciendo. Coge a hombres que no son de por aquí, sino que pasan para el trabajo o llegan de visita y entonces comienza a acosarlos. Algunos pelean, pero otros, por pena, terminan dándole plata”, afirmó el testigo.
Otro morador del barrio explicó que la mujer, que se identifica como transgénero, también se aprovecha de su estado físico para poder controlar a sus víctimas.
“Ella no busca a hombres más grandes, sino más débiles que ella. Así los puede agarrar y evitar que se vayan. Los humilla aprovechando que la gente comienza a bromear cuando todo ocurre y eso hace que los hombres se sientan presionados y terminan pagando”, dijo el testigo.
A denunciar
El Heraldo conoció a través de la Oficina de Comunicaciones Estratégicas de la Policía Metropolitana de Barranquilla que ninguna de las víctimas ha denunciado formalmente lo ocurrido, por lo que hacen un llamado a que instauren las denuncias y así poder iniciar una investigación.
“Sin embargo, se realizarán las actividades preventivas en el sector para evitar que ocurran casos como estos”, informó dicha dependencia.
Además, una fuente de la Policía afirmó que esta modalidad, que ya es conocida desde hace varios años, por lo general ocurre en zonas de tolerancia, no en lugares residenciales.
“Por eso la comunidad se asombra y hasta bromea con lo que ocurre sin darse cuenta de que en realidad es una trama para cometer un hurto. Los vecinos deben avisar a la Policía inmediatamente para que las patrullas atiendan el caso”, explicó un oficial.
