NIDIA SERRANO M.
La Corporación de los Valles del Sinú y San Jorge informó que una vez culmine el proceso de rehabilitación será devuelto a su hábitat natural.
Minerva Castellanos tiene pocos recuerdos en su vida. Los 102 años de edad le han hecho olvidar distintos episodios, pero hay algo que tiene muy presente y es el nombre de Vitricio, un loro que la ha acompañado durante 50 años y que fue decomisado por parte de la Policía Ambiental.
“Vitricio, Vitricio, ven a comer”, grita una y otra vez, sentada en su mecedora, en medio de la humildad que la ha caracterizado. Sin embargo, el loro está a muchos kilómetros de ella, en un centro de rehabilitación de la Corporación de los Valles del Sinú y San Jorge, CVS, donde le adelantarán un proceso de rehabilitación para devolverlo a su hábitat natural.
al vez el loro no lo resista. Ha pasado toda su vida al lado de esa familia y aunque las leyes prohiban tener este tipo de especies como mascotas, en Córdoba se ha desatado una campaña para que devuelvan a Virticio al seno de su hogar.
De acuerdo con lo señalado por Eliana Guerrero, nieta de Minerva, ella viajaba con el loro a casa de su abuela y en un retén la Policía Ambiental lo decomisó, señalando que se trataba de una especie silvestre, que no podía mantenerse en cautiverio.
El animal fue entregado a la CVS, pero Eliana insiste en que él ha pasado toda la vida con ellos, creció al lado de los humanos y ahora que ya es un anciano, sería más perjudicial devolverlo a su hábitat que dejarlo junto a ellos.
Volverá a su hábitat: CVS
El director de la Corporación de los Valles del Sinú y San Jorge, CVS, Albeiro Arrieta, indicó que la legislación en Colombia establece que la fauna silvestre es patrimonio de la Nación y que no pueden tenerlas como mascota, pues eso sería una forma de maltrato.
Insistió en que pese a que este caso se hizo mediático, no pueden desobedecer la normatividad por agradar a la comunidad, que está solicitando que devuelvan el animal a los familiares que lo mantenían cautivo.
La Corporación agregó que el ejemplar de la especie Amazona Ochrocephala, conocida como loro moña amarilla, se encuentra en cuarentena, recibiendo atención médica y una vez culmine, entrará a un proceso de rehabilitación, para posteriormente devolverlo a su hábitat natural.
Según el informe del Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre, CAV, era transportado de forma irregular; en un recinto inadecuado, manifestando conductas de estrés y agotamiento.
“El individuo adulto ingresó al CAV, con signos de estrés, plumaje y piel en forma homogénea, opacidad del cristalino en ojo derecho con pérdida total de visión y pérdida parcial de la visión en ojo izquierdo. Posterior al examen clínico, el animal fue ubicado en una zona oscura y tranquila, donde se le administraron líquidos y electrolitos y una dieta de adaptación, teniendo en cuenta que esta ave fue alimentada con pan, arroz y frutas, por un período de nueve años en cautiverio”, explicó la CVS en un boletín.
Aseguraron además que a juicio de los expertos, esta alimentación generó un trastorno en su metabolismo y por consiguiente la administración de una nueva dieta deberá realizarse siguiendo las indicaciones del veterinario – zootecnista, basados en su condición corporal, edad y el estado de salud.
Reiteran que las vocalizaciones o imitación de actitudes humanas por parte de este tipo de aves, como los loros, son casos considerados como maltrato animal, tipificados en la ley penal y que en Colombia nadie puede llamarse dueño de un animal de la fauna silvestre, ya que desde la expedición del Código de los Recursos Naturales, los animales silvestres pasaron a ser un bien del Estado.
El directivo de la CVS insistió en que hay diversas sentencias de la corte, de incluso personas que han estado muy enfermas y el juez se ha negado a la devolución de estos animales fallando a favor del Estado.
Intervienen abogados
El video en el que la anciana aparece llamando a su loro se hizo viral. Miles de reproducciones dieron cuenta de la escena en la que la anciana, con la mente agotada por los años, lo llama incesantemente.
La imagen se conoció en distintos rincones del país y fue vista por unos abogados de Barranquilla, que asumirán el caso, aduciendo que si bien es cierto que las leyes prohiben la tenencia de especies salvajes, también lo es que en este caso, tanto el animal como la familia, sufrirían daños irreparables.
Advierten que el ha permanecido por varias generaciones al lado de esa familia y que argumentarán lo que sea necesario para que el loro vuelva al seno del hogar, donde la anciana lo llama en forma permanente.
