Más de 30 vehículos, equipos y maquinaria fueron incinerados por miembros de un grupo armado.
En un hecho sin precedentes, la Concesión Autopista del Río Grande denunció un atentado violento ocurrido en la madrugada de hoy en su Unidad Industrial ubicada en Pelaya, Cesar. Sobre las 2:40 a. m., un grupo armado ingresó de manera forzada a las instalaciones, ejecutando un acto sistemático y premeditado que dejó cuantiosos daños materiales y puso en riesgo la continuidad de la Troncal del Magdalena 2.
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Durante el ataque, los responsables incendiaron y destruyeron más de 33 equipos y vehículos esenciales para la construcción del corredor vial. Entre la maquinaria afectada se encuentran mezcladoras de concreto, excavadoras, vibrocompactadores, camabajas, dobletroques, carros tanque, cargadores, piloteadoras, trituradoras y vehículos utilitarios. Además, dos miembros del personal de seguridad fueron retenidos y agredidos.
El hecho representa una agresión contra los activos del proyecto, una amenaza al progreso y un golpe directo a la estabilidad laboral de cientos de familias. “La Troncal del Magdalena 2 le devuelve la esperanza a una región olvidada. Este tipo de acciones criminales no pueden silenciarse ni quedar impunes”, indicaron en su comunicado oficial.
Detalles de los hechos
La Concesión Autopista del Río Grande, agregó lo siguiente en su comunicado oficial: “Este ataque no solo representa una agresión directa contra los bienes del proyecto. Es, sobre todo, una amenaza abierta al desarrollo de la región, a la estabilidad laboral de cientos de familias y a la institucionalidad misma. La Troncal del Magdalena 2 le devuelve la esperanza a una vía que durante años estuvo abandonada, y que hoy tiene la posibilidad de convertirse en un motor de progreso para el país. Se trata, sin lugar a dudas, de uno de los atentados más graves contra un proyecto de infraestructura vial en la historia reciente del país”.
Por parte de la Concesión, exigen presencia real y efectiva del Estado en el territorio. Esto incluye una respuesta por parte del gobierno donde se evidencien garantías concretas para salvaguardar la vida de quienes hacen posible esta obra y asegurar la continuidad de la misma.
“No puede haber infraestructura sin seguridad, ni desarrollo sin presencia estatal. El silencio institucional frente a hechos que rayan con el terrorismo es inaceptable”, concluyó la Concesión Autopista del Río Grande.