Prohibieron plazas de vicio, riñas y restringieron la movilidad en la noche.
El Colombiano
La expansión y dominio del Clan del Golfo en Antioquia sigue a un ritmo alarmante. En medio de su plan por controlar amplios corredores del departamento, el grupo criminal habría reunido a una comunidad en el municipio de Toledo para anunciarles que ahora ellos ejercen la completa autoridad allí.
El hecho, según versiones citadas por Caracol Radio, ocurrió en la vereda Helechales. Allí llegó el 14 de febrero la orden de que toda la comunidad debía reunirse al día siguiente en la caseta comunal para recibir instrucciones. Todos los mayores de 14 años debían asistir al lugar, según los testimonios.
A las 10:00 a.m. de ese jueves ocurrió la reunión a la cual arribaron más de 50 personas uniformadas y armadas que le dieron a la comunidad instrucciones sobre cómo debía ser la convivencia en la vereda que limita con el municipio de Sabanalarga.
Entre las nuevas reglas que establecieron quedaron prohibidas las riñas y las plazas de vicio, ahora la orden es que todos tienen que trabajar en algo y que cualquier sospecha de colaboración con la guerrilla merecerá un castigo. También les solicitaron a la comunidad abstenerse de circular por las carreteras en las noches.
La situación hizo recordar a la comunidad lo ocurrido a finales del siglo pasado y principios del presente siglo, cuando fueron objeto del asedio paramilitar que causó desplazamientos y asesinatos.
El ingreso del Clan del Golfo a Helechales ocurre luego de que lograran ejercer control en Palmar de Toledo y la Llanada, en Sabanalarga. Desde allí esperaron con paciencia el momento de extender su dominio, en gran parte motivado por la salida de las disidencias que intentaron asentarse en Toledo, pero fueron repelidas duramente por la fuerza pública.
Con la declaración de control en Helechales, el Clan del Golfo sigue su plan de establecer un extenso corredor desde el Bajo Cauca hasta el Norte de Antioquia que le permita montar nuevas rutas alternas al Nudo del Paramillo, actualmente en disputa por parte de varios grupos armados.
Su estrategia no ha sido solo militar. Según versiones difundidas por Caracol Radio, en una vereda del municipio de Cáceres este grupo criminal arregló un centro de salud, en un flagrante acto de sustitución del Estado, tras lo cual obligó a los líderes sociales de la zona a hacerle propaganda a esta intervención para lograr la lealtad e intentar “echarse al bolsillo” a la población.
La Fundación Sumapaz ya advirtió sobre estas prácticas del Clan del Golfo que tendrían como propósito instrumentalizar a los líderes sociales, exponiéndolos en medio del conflicto que libran los grupos armados.
Ahora el temor que tienen los habitantes de Helechales es que se desate un derramamiento de sangre en la población, pues allí hace presencia El Mesa, uno de los tantos grupos delincuenciales nacidos en el Valle de Aburrá que decidieron hace años expandir sus tentáculos y rentas ilegales a otras subregiones. El Mesa tiene el control del microtráfico en la zona y tras la orden del Clan del Golfo de prohibir las plazas de vicio podrían darse enfrentamientos que dejen a la comunidad en medio de las balas.
Todas estas acciones que está ejecutando el Clan del Golfo revalidan la tesis de las autoridades de una búsqueda de estatus político por su parte para poder sentarse a negociar con el Gobierno Nacional y de paso restarle poder de maniobra al ELN que, según analistas, ha estado utilizando en los últimos meses el proceso que adelanta con el Estado para fortalecerse militarmente y copar zonas en disputa con el Clan del Golfo.