El propósito de este experimento es poder dirigir a los animales en la inspección de zonas peligrosas o en búsqueda de sobrevivientes en terremotos o fugas de gas.
Estos ciborgs son una mezcla de insecto y robot que se adaptan a una mochila que funciona con energía solar. El equipo de expertos japoneses es dirigido por Kenjiro Fukuda, del Riken Cluster for Pioneering Research (CPR) y según lo que publicaron en la revista npj Flexible Electronics, las cucarachas llevan en su cuerpo un módulo de control inalámbrico y una batería alimentada por células solares ultrafinas.
El estudio se realizó en cucarachas de Madagascar (Gromphadorhina portentosa), que miden unos seis centímetros. A los insectos les colocaron un módulo de control inalámbrico para las piernas y una batería de polímero de litio como una especie de mochila. Se creó a partir de un polímero elástico en impresión 3D, adaptado a la forma curva de los animales.
Después de examinar cuidadosamente los movimientos naturales de las cucarachas, los investigadores se dieron cuenta de que el abdomen cambia de forma y partes del exoesqueleto se superponen. Para adaptarse a esto, intercalaron secciones adhesivas y no adhesivas en las películas, lo que les permitió doblarse, pero también permanecer adheridas. Cuando se probaron películas de células solares más gruesas, o cuando las películas se adhirieron uniformemente, las cucarachas tardaron el doble en correr la misma distancia y tuvieron dificultades para enderezarse cuando estaban boca arriba.
Cabe resaltar que la parte del abdomen en las cucarachas es lo que permite que puedan moverse o voltearse. Por lo tanto, los científicos tuvieron que ingeniársela para crear el dispositivo con un material muy fino, en concreto, unas 17 veces más fino que un cabello humano. Así, no limitaban la función del abdomen en estos insectos.
Este animal tiene por característica silbar, es de color negro y marrón con una longitud cercana a la de un dedo índice que, cuando se siente amenazado, silba al dejar pasar el aire a través de unos agujeros que tiene en su espalda. La mochila que se adapta a su cuerpo, cuenta con una célula solar ultrafina y flexible, por lo que no repercute al movimiento del animal. Los investigadores solo tenían que presionar un botón para enviar una descarga al sistema que ‘engañaba’ a la cucaracha para que se desplazase a cierta dirección.
En un futuro, se espera que se pueda trascender a otros animales con este sistema como a escarabajos o insectos voladores como las cigarras. Aunque los activistas de derechos de los animales suelen oponerse a estos experimentes, a nivel mundial se ha avanzado con esta tecnología.