Con una placa metálica, la banda retenía el dinero en los cajeros y cuando la víctima abandonaba el lugar, retiraban el efectivo. Los delincuentes alcanzaron a recaudar 300 millones de pesos.
La banda conocida como ‘Arcadia’ era liderada por un colombiano, quien tenía bajo su mando a otros tres ciudadanos venezolanos. Los delincuentes se hacían en los cajeros automáticos con menos de presencia policial en Bogotá y mantenían vigilancia las 24 horas del día en los puntos bancarios para, así, fichar a sus víctimas.
Previamente, instalaban una placa metálica en la ranura del cajero donde salen los billetes, para impedir que el usuario retirara, pensara que el punto bancario estaba dañado y abandonara de inmediato el lugar.
Una vez tenían despejada la entidad financiera, ingresaban, recogían el elemento y sacaban los billetes.
El cabecilla de esta banda de atracadores es conocido como alias ‘Junior’ y alcanzaron a robarse 300 millones de pesos durante un periodo de 11 meses.
Ellos hacían un mapeo de las localidades como Bosa, Kennedy y Barrios Unidos. Buscaban los cajeros ubicados en plan vía pública. Posteriormente, hacían un perfilamiento de la víctima y en caso de que el usuario pudiera sacar el dinero pese a la placa magnética que instalaban, ellos lo perseguían hasta cualquier punto de la localidad para atacarlo a mano armada