PUERTO RICO:
Su tripulación y directores de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica aprovecharon la oportunidad para educar sobre las capacidades de la nave y exhortar a la población a revisar sus planes de emergencia.
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Tras dos años desde su última visita, un avión cazahuracanes llegó hoy, jueves, a Puerto Rico para marcar el inicio de la preparación de todos los planes de emergencia estatales e individuales previo a la temporada ciclónica que comienza el próximo 1 de junio.
La aeronave, que pertenece a la reserva de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, forma parte de la flota de aviones especializados de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés), que le sirven al Centro Nacional de Huracanes (NHC) para pronosticar la trayectoria e intensidad de los ciclones.
La teniente Amarilis Cotto Pérez, meteoróloga y miembro de la tripulación de la nave, explicó a El Nuevo Día que, lejos de un acto protocolar, la visita de su equipo pretende generar una relación de confianza con la población para que conozcan larelevancia del trabajo que se hace cada vez que uno de los aviones sobrevuela el centro de una tormenta o huracán.
“Nosotros estamos aquí para mostrar el avión y lo que hacemos para que el público nos conozca y tener esa relación (de confianza) con el público tanto de Puerto Rico como con el de Santa Cruz y San Thomas. […] Toda la información (que recolectamos) es extremadamente importante. Nosotros estamos dentro del sistema y estamos viendo exactamente si ese sistema se está intensificando o si se está deteriorando”, aseveró la experta en una entrevista al interior de la nave.
“Toda la información que nosotros recolectamos con la sonda, así como con los instrumentos que están en el avión mejora aproximadamente de un veinte a treinta por ciento el pronóstico (del Centro Nacional de Huracanes) no solo en trayectoria, pero también en intensidad”, añadió.
Recorrimos un avión cazahuracanes por dentro y así funciona
La nave llegó hoy a Puerto Rico para marcar el inicio de la preparación de todos los planes de emergencia estatales e individuales, previo a la temporada ciclónica que comienza el próximo 1 de junio
El avión que arribó hoy al aeropuerto regional Fernando Luis Ribas Dominicci, en Isla Grande, es un WC-130J Weatherbird, un fuselaje modificado del avión de transporte militar C-130 del fabricante Lockheed Martin. La aeronave tiene la capacidad de medir temperatura y humedad relativa (dew point) gracias a instrumentos que ya tiene integrados desde su manufactura.
No obstante, el equipo más importante es la sonda, descrita por Cotto como una especie de tubo en plástico con sensores en su interior que se lanza en puntos estratégicos durante la investigación de un ciclón para medir la velocidad de sus vientos sostenidos, la presión barométrica en el centro del sistema y temperaturas, entre otros parámetros.
Las misiones de este avión -uno de 10 fuselajes disponibles en la flota- se planifican en conjunto entre el equipo de Hurricane Hunters y el NHC, y su duración está sujeta, en su mayoría, a la intensidad del sistema y su cercanía a algún territorio.
“Cada sistema es diferente, pero siempre tenemos un plan con el Centro Nacional de Huracanes. Típicamente, nuestras misiones conllevan muchas horas, no solamente en la planificación de la misión, pero también durante la misión. Podemos estar, aproximadamente, de seis hasta 12 horas tratando de recopilar información. Depende de dónde está el sistema y cuán cerca está de tierra”, precisó Cotto Pagán, quien lleva casi cuatro años trabajando en el avión cazahuracanes.
“Nuestro propósito es concientizar a la población a prepararse, porque ya para el primero de mayo deben tener sus suministros listos y estar preparados, porque queremos evitar desastres lo más posible”, dijo, por su parte, Nelsie Ramos Román, quien trabaja en la División Marina del NHC.
Destacó que la agencia federal busca ser más vocal en el esfuerzo de preparación de cara a cualquier amenaza de un sistema atmosférico debido a las posibilidades de que el disturbio se intensifique rápidamente, lo que podría representar un impacto no anticipado para la población de algún territorio.
“Constantemente estamos mejorando nuestros productos y este año seguimos perfeccionando nuestros pronósticos, pero recalcamos, como ha dicho nuestro director, que cuando los sistemas son débiles o están a inicios de su formación es bien difícil pronosticarlos. Un sistema puede ser tormenta y en menos de varias horas convertirse en huracán”, apuntó.
“Por eso ya la población debe estar preparada para que estos eventos sucedan (rápida intensificación de tormentas), porque llevamos varios años con esta tendencia”, abundó Ramos Román.
Precisamente, Roberto García, director del Servicio Nacional de Meteorología (SNM) en San Juan, afirmó que ya hoy “todas las personas deben estar listas y preparadas”.
“Se espera que sea una temporada bastante activa, otra vez. Los pasados años ha sido bien activa y esperamos algo similar. No tenemos el pronóstico oficial, pero solamente toma un sistema para vernos afectados”, anticipó el experto, quien se retira dentro de dos semanas tras más de 30 años de trabajo en la oficina meteorológica de San Juan.
“Mucha gente piensa que como tuvimos a Irma y María hace cinco años y esos son sistemas de cada cien años no nos va a afectar, pero no. (Sistemas como esos) pueden desarrollarse este año y tenemos que estar preparados”, añadió.
El secretario del Departamento de Seguridad Pública (DSP), Alexis Torres, y el comisionado del Negociado para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (Nmead), Nino Correa, y el coordinador de la Oficina del Caribe de la Agencia federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) en Puerto Rico, Orlando Olivera, estuvieron presentes al momento de la llegada del avión.
“El gobierno realiza sus preparativos, pero es importante que la ciudadanía cuente con un plan familiar y así poder evitar desgracias”, indicó Torres.