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Aura María Lopera, la paisa que ha ayudado a cientos de mujeres a emprender dentro y fuera del país

FOTO: FUNDACION ENCAUSA
Valeria Urán-Sierra

A través de su Fundación Encausa, ha conseguido que mujeres en situación de pobreza mejoren sus condiciones de vida. Las ayuda a crear su negocio de cero y las capacita en educación financiera.

TOMADA DE:elcolombiano.com

Archivo:ElColombiano.svg - Wikipedia, la enciclopedia libre

Todo ocurrió hace diez años, un día cualquiera. Aura María Lopera venía de trabajar para varias organizaciones de medios nacionales y algunas empresas del sector privado en el área de responsabilidad social empresarial. Desde allí, cada tanto realizaban actividades de inclusión y en atención a personas en situación de pobreza, pero empezó a darse cuenta de que eso no era suficiente, si lo que en realidad quería era una transformación social de fondo. Contrarrestar las desigualdades sociales y estructurales, en especial para las mujeres.

Así que decidió llevar la experiencia que adquirió en cada uno de los lugares por los que pasó a un siguiente nivel. En 2013 creó la Fundación Encausa para Colombia y la Escuela para Emprendedores Encausa en Miami, Estados Unidos. A través de estas dos iniciativas, Aura María apoya principalmente a mujeres madres cabeza de hogar, víctimas de desplazamiento, población LGTBI y migrante, principalmente de Colombia y Venezuela.

Aura María Lopera nació y creció en la capital antioqueña, estudió Comunicación y Relaciones Corporativas en la Universidad de Medellín, es madre cabeza de familia, y cuenta con más diez años de experiencia en el sector público y privado, liderando y asesorando estrategias de comunicación enfocadas en la atención a población vulnerable.

A lo largo de su carrera y labor ha recibido el reconocimiento del Consulado General de Colombia en Miami por su gestión como Emprendedora Social y el Congreso de Perú como una de las 20 Mujeres Emprendedoras del Bicentenario en Latinoamérica, premiada con “The Endurance Awards”; y recientemente fue galardonada por su labor social en el Concejo de Bogotá.

EL COLOMBIANO conversó con ella sobre cada uno de los programas que desarrolla la fundación, de qué manera ha impactado a cada una de las comunidades a las que ha llegado, y sus reflexiones como una mujer que emprende y busca que otras también lo hagan.

¿Cómo funciona la Fundación Encausa y quiénes hacen parte de ella?

“A lo largo de mi trabajo en asuntos de responsabilidad social empresarial, me fui dando cuenta de que este trabajo se quedaba muy corto. A veces solo realizábamos una reunión a fin de año, o una entrega de apoyo a personas en situación de vulnerabilidad, pero esto no era suficiente para la realidad de quienes participaban de esos encuentros. Había que ir más allá y ahí es cuando pienso en que quiero crear un espacio para la formación y generación de empleo, especialmente para madres cabeza de familia, porque yo soy una y no ha sido sencillo.

En la Fundación Encausa somos un grupo de 25 profesionales de diversas disciplinas, con experiencia en el campo social y empresarial, desde donde diseñamos, ejecutamos y asesoramos para la formación en empleo, la generación de ingresos y sostenibilidad de emprendimientos familiares y microempresas comunitarias”.

¿En cuáles regiones del país tiene presencia la Fundación?

“Gracias a las alianzas, la fundación ha fortalecido más de seis mil negocios, enfocándose en grupos vulnerables. Han generado oportunidades para mujeres cabeza de hogar, privadas de la libertad, personas con discapacidad, desplazados, población LGTBIQ+ y adultos mayores.

Pero la fundación no solo se ha dedicado a construir negocios para estas mujeres y sus familias, sino que también ha capacitado a más de 500 emprendedores a nivel internacional, incluyendo 45 migrantes venezolanas en Estados Unidos. Su impacto se extiende a regiones clave del país para generar ingresos sostenibles e inclusión en la economía formal, como por ejemplo en el departamento de Bolívar, el Eje Cafetero y la costa Atlántica. En la actualidad estamos aunando esfuerzos para empezar a llegar al Urabá antioqueño”.

¿De qué manera las mujeres acceden a los programas que ustedes imparten?

“A lo largo de estos años hemos realizado importantes alianzas con el Sena y las Cámaras de Comercio de las regiones donde nos encontramos. Entonces, miramos dentro de la familia una persona que esté en condiciones de desarrollar un emprendimiento, para después capacitarla y brindarle un apoyo económico para que pueda desarrollar su idea. Empezamos a formarla en habilidades blandas, la construcción de un proyecto de vida y realizamos un estudio de negocio que ella pueda manejar mientras cuida de su familia, de ser el caso, y que pueda sostenerse en el tiempo.

Les preguntamos qué saben hacer, qué les gusta hacer, a qué se pueden dedicar hasta que encontremos qué negocio puede ser competitivo y viable para el mercado que existe, donde ella vive, para que los productos o servicios sean atractivos”.

¿Qué conocimientos adquieren las mujeres dentro de la Fundación Encausa?

“Ellas reciben capacitación en comercialización y educación financiera, para la creación de negocios o la formación para el empleo. Entonces reciben durante tres meses acompañamiento en la estructuración de su idea, pero también empezamos a formarlas para que este negocio se mantenga en el tiempo. Les otorgamos microcréditos fáciles de condonar para que no estén con el paga diario o los préstamos informales, porque suelen tener una carga de interés muy alta, y eso hace que muchos negocios fracasen.

Las clases son impartidas de manera presencial y virtual, contamos con una plataforma para que las mujeres puedan acceder a los contenidos. Después de la idea es una realidad, las asesoramos con el manejo de ventas, proveedores, manejo de redes sociales, hasta que ellas solas continúen, aunque siguen recibiendo capacitaciones de fortalecimiento”.

¿De qué manera la vida de estas mujeres se ha transformado?

Los impactos han sido positivos, porque ellas han aprendido a administrar sus ingresos y le han dado vida a esas ideas de negocio que siempre tuvieron en mente. Muchas llevaban mucho tiempo soñando con tener un negocio propio, pero no lo había podido hacer por diversos motivos. Algunas porque deben de responder por sus hijos, entonces viven el día a día, otras porque fueron privadas de la libertad, pero estando en la cárcel se capacitan para después salir a mejorar sus condiciones de vida y la de su familia; o porque simplemente migraron. Se tuvieron que ir de Colombia para buscar mejorar sus ingresos.

Uno de los desafíos más grandes que tenemos como Fundación, pero que tienen las mujeres a la hora de emprender, es mantenerse en el tiempo, no desanimarse. Porque todo nos está diciendo que no, que no somos capaces, ni suficientes para hacerlo. Por eso la Escuela para Emprendedores que tenemos también tiene un componente psicosocial, porque es importante estarles recordando que sí es posible, solo debemos organizarnos mejor, buscar nuevas puertas para el negocio, porque hay mucha gente afuera con ganas de apoyar las nuevas ideas”.

 

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