A la espera de una respuesta por parte del Gobierno Nacional, la EPS Sura alertó a sus usuarios sobre una práctica por parte de inescrupulosos.
El pasado 28 de mayo, la EPS Sura pidió el retiro del sistema de salud colombiano ante la Superintendencia Nacional de Salud, sembrando un manto de dudas sobre más de cinco millones de usuarios que aparecen en su base de datos.
En ese entonces, Sura le entregó a la Supersalud un programa de desmonte progresivo para garantizar la entrega completa de la información clínica y favorecer la continuidad del tratamiento en los casos que sea necesario.
En el mencionado programa, la Entidad Promotora de Salud incluyó mecanismos para proteger las reservas técnicas de la EPS, con el objetivo de gestionar sus obligaciones con distintos actores del sistema como clínicas, IPS y hospitales.
Juana Francisca Llano, presidenta de Suramericana, aseguró que se hizo «un gran esfuerzo para continuar en el sistema de salud»; no obstante, la decisión era necesaria «para evitar un mayor deterioro que nos impida cumplir con las obligaciones asumidas».
El gobierno del presidente Gustavo Petro dio un parte de tranquilidad a los usuarios de esta EPS, aclarando que «todos los pacientes continuarán recibiendo los mismos servicios en las mismas instituciones donde los han recibido hasta ahora».
Así mismo, la administración de Petro dice estar libre de culpas por la crisis del Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS), la cual atribuye a los problemas estructurales y sistémicos que se han visto desde gobiernos anteriores.