Alcaldía pasada dejó los colegios públicos de Medellín sin aseo, ¿se perdió toda la plata?

El 29 de diciembre, el último día de la administración Quintero en La Alpujarra, el secretario de Educación saliente declaró emergencia de riesgo educativo.

TOMADA DE:https://www.elcolombiano.com/

Una enorme preocupación causó en la ciudad el ahora exsecretario de Educación de Medellín, Alexánder Arias, quien el pasado 29 de diciembre firmó la declaratoria de emergencia educativa en la ciudad. Esto, porque la Alcaldía saliente no dejó plata para contratar los servicios de aseo en las 423 sedes de los 229 colegios públicos, en los cuales estudian más de 290.000 niños, niñas y adolescentes que no pueden asistir a los salones sin este servicio.

Para garantizar la limpieza y el mantenimiento de los colegios, la Secretaría contrata cada año a 1.032 operarios de aseo y cafetería, 40 operarios con licencia de trabajo en altura, 10 operarios de cargue y descargue, 10 supervisores y dos coordinares, para un total de 1.094 personas. El aseo es, junto a la vigilancia, uno de los rubros mensuales más altos que debe cubrir la dependencia.

En la declaración de emergencia, Arias dice que la difícil situación financiera es resultado de la “crisis económica mundial”, por lo cual la “planeación presupuestal se ha visto restringida” y no fue posible extender el contrato de aseo que terminó el pasado 27 de noviembre. Pero su postura es criticada por quienes consideran que la dependencia que lideró los últimos meses fue víctima de malos manejos y presunta corrupción.

Hubo múltiples quejas

En mayo del 2023, la Secretaría de Educación estaba en cabeza de Juan David Agudelo, ficha del exconcejal Albert Corredor y de la también exsecretaria Alexandra Agudelo (imputada y sancionada por presunta corrupción en Buen Comienzo y el PAE), a quienes Daniel Quintero les entregó la dependencia como pago por favores políticos. Para esa fecha, se firmó un contrato para prestar el servicio de aseo y cafetería en los colegios de Medellín con una empresa llamada Unión Temporal Outsourcing Giaf, de Floridablanca. El contrato tuvo un valor inicial de $11.586 millones y una duración de cuatro meses.

El acuerdo, además de la contratación de las más de 1.000 personas que se necesitan, incluía la compra de insumos como jabones, trapos, escobas, trapeadoras, detergentes, esponjas y bolsas.

Apenas un mes después de iniciado el contrato, las trabajadoras contratadas por la temporal santandereana, casi todas madres cabeza de familia, salieron a protestar porque el primer pago se les demoró 40 días y además a algunas no les habían entregado la dotación para trabajar.

in embargo, esas protestas de junio pasado no eran el primer síntoma de que algo estaba mal con el mantenimiento de los colegios públicos en Medellín durante el mandato en cuerpo ajeno de Albert Corredor en la Secretaría de Educación. En marzo de 2022, cuando el contratista era Asear S.A., profesores y estudiantes estaban en vilo porque el contrato se acabó y no se renovó a tiempo. Algo similar a lo que ocurrió en noviembre pasado, con la diferencia de que en 2022 pudieron solucionarlo mientras que ahora no les quedó más que declarar la emergencia.

El contrato de este año se terminó el siete de septiembre, pero la Alcaldía, a través de la secretaría de Servicios y Suministros, lo extendió en tres ocasiones: la primera fue por solo 21 días, hasta el 30 de septiembre; luego, hasta el 27 de octubre; y después hasta el 27 de noviembre, cuando se acabó definitivamente la plata. Al final, el acuerdo tuvo una duración de siete meses y 19 días y costó $17.380 millones.

No obstante, las ampliaciones a la orden de compra no eran completas, pues renovaban al personal, pero no los insumos que debían comprarse mes a mes. De manera que a partir del cuarto mes, cuando se venció la primera orden, no se volvieron a comprar jabones, bolsas o esponjas.

El problema de la olla raspada y de no encontrar plata para seguir pagando por el aseo de los colegios le tocó a Alexander Arias, que se posesionó como secretario de Educación el pasado 15 de noviembre después de que, a solo 45 días de terminar la administración y tras enfrentarse en las elecciones de octubre, Quintero y Corredor habrían partido cobijas.

A pesar de que el año escolar ya estaba terminando, el personal de aseo era necesario para poder hacer las matrículas en los colegios, al menos en sus sedes principales, que son 229. Según Arias, quien también se vio en fotos con Corredor en su campaña pasada a la Alcaldía, fue mucho lo que tuvo que buscar y rogar para conseguir los recursos y contratar a una cuadrilla de 80 personas que se fueron rotando entre las sedes para poder garantizar el servicio. Pero la plata solo le alcanzó para tenerlas hasta el 25 de diciembre.

Por eso es que, con el visto bueno del equipo de empalme de la administración de Federico Gutiérrez y a escondidas del exalcalde encargado Óscar Hurtado, Arias declaró la emergencia educativa, para que en los primeros días de enero la Alcaldía pueda contratar el aseo de manera directa y rápida bajo el argumento de una urgencia manifiesta. De lo contrario, se tendría que iniciar un proceso de contratación que podría durar dos o hasta tres meses en los cuales los casi 300.000 estudiantes de las instituciones oficiales del Distrito estarían sin estudio y los profesores y demás empleados sin trabajo. Esto en la segunda ciudad con el presupuesto más alto del país.

Tan pelada dejaron Corredor y su gente la Secretaría que al final del año solo alcanzó para tener contratadas a 117 personas, en una dependencia que ha tenido hasta 600 contratistas. El contrato de vigilancia de las instituciones educativas también terminó a gatas, con extensiones por siete días para no dejarlo caer como pasó con el de aseo.

Intentamos contactar al nuevo secretario de Educación, Luis Guillermo Patiño, para conocer cómo sorteará el problema que le dejaron, pero hasta el cierre de esta edición no contestó nuestros mensajes y llamadas.