Las autoridades fueron alertadas de estos enfrentamientos a palo y piedra. Cuando se vieron descubiertos, los barristas intentaron huir saltando las rejas para escabullirse dentro de unos conjuntos residenciales.
La comunidad, que creyó que se trataba de un hurto colectivo, se defendió y permitió que 25 jóvenes fueran capturados.
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