La Policía y el Ejército nacional indicaron que permanecieron en la zona para evitar alteraciones del orden público.
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En medio de una serenata con mariachis y música del interior del país fue sepultado en el sector Puerto nuevo, jurisdicción del corregimiento de Guachaca, en la Sierra Nevada, Deimer Patiño Giraldo, alias ‘80’, quien figuraba como máximo cabecilla de Los Pachenca, dado de baja por la fuerza pública el pasado 16 de junio.
En vídeos aficionados quedó captado el momento en que los familiares y amigos de alias ‘80’, le daban el último adiós con una calle de honor hacia el cementerio local de esa localidad.
Según versiones de comerciantes y líderes de esa pequeña población, algunos asistentes al sepelio, en su gran mayoría personas allegadas a la víctima, con armas de fuego habrían realizado un sinnúmero de disparos y detonaciones de toda clase de proyectiles.
Sin embargo, el comandante de la Policía Metropolitana de Santa Marta, coronel Oscar Solarte, aseguró que, para evitar estas acciones, uniformados de la institución y del Ejército Nacional acompañaron el sepelio y en medio de procedimientos sancionaron a un grupo mariachis y personal que no portaba los elementos de bioseguridad como tapabocas.
“Tuvimos un vasto operativo para lograr evitar situaciones complicadas en este evento. Fue necesario llevar reacción motorizada, tránsito y transporte, un trabajo con el departamento de la Policía Guajira. Dos grupos de mariachis fueron ubicados sobre el eje vial y fueron conminados a que retornaran a Santa Marta (…) también se impuso comparendos de tránsito a vehículos que pasaban por la zona”, indicó
Paradójicamente, cuando el cortejo fúnebre se acercaba al campo santo, poco a poco se fueron sumando personas de esas poblaciones, confirmando el aprecio que los más cercanos le profesaban al abatido narcotraficante, caso similar al sepelio de Jesús María Aguirre, alias Chucho Mercancía, dado de baja en junio del año pasado.
Por la neutralización de alias ‘80’, en las veredas de la Sierra Nevada de Santa Marta se mantiene un ambiente de miedo e incertidumbre, sobre todo entre los comerciantes, líderes sociales y moradores de la zona rural ciudad, tras la circulación del pasquín amenazante que obliga el cierre de establecimientos.
“Se ha planificado servicios especiales en la zona para garantizar la institucionalidad. Tuvimos refuerzo con presencia antidisturbios porque toda la intención es garantizar la seguridad y convivencia en esta zona. Decirles a los comerciantes que estamos con ellos, su Policía y Ejército los acompaña”, concluye el alto oficial.