En la conocida como «cárcel de la muerte y el castigo”, en Puerto Triunfo, en el Magdalena Medio antioqueño, han muerto 15 personas durante el último año.
En el centro de Medellín, las familias de los privados de la libertad de la cárcel El Pesebre en Puerto Triunfo protestaron por las malas condiciones en las que tiene a sus familiares en la que han denominado «la cárcel de la muerte y el castigo”, pues durante el último año ya han fallecido 15 reclusos.
En esta cárcel ubicada en el Magdalena Medio antioqueño hay espacio para 900 personas, sin embargo, actualmente allí pagan sus condenas más de 1.700.
Además de este hacinamiento de más del 90 %, son muchas las violaciones a los derechos humanos que sufren los reclusos que allí se encuentran, desde la mala calidad del agua y la comida, hasta la poca atención médica, según describió Victoria Barrientos, madre de uno de los presos.
«Cárcel con dignidad y que tengan agua potable y lo mismo que les organicen la alimentación, que la alimentación de la cárcel El Pesebre es una comida que ni para animales, ni para marrarnos, eso vinagre, las cosas malas en malas condiciones», afirmó.
Así mismo, denuncia que hay varios brotes de enfermedades y simplemente los aíslan pero no les brindan ningún tipo de atención médica. El defensor de los derechos de las personas privadas de la libertad, Jorge Carmona, acompañó la protesta y señaló que en esta cárcel ya han muerto 15 personas en el último año del año y se requiere de recursos del gobierno departamental y nacional para que esto no siga pasando.
«Indiscutiblemente se convirtió en una problemática muy fuerte, no ha tenido eco en ninguna administración ni en esta ni en las anteriores, hoy estamos haciendo llamadas a la Gobernación de Antioquia para que Secretaría de Salud de Antioquia visite Puerto Triunfo, es el único establecimiento carcelario de las 138 cárceles que tiene Colombia que no tienen agua potable», dijo Carmona.
Finalmente, señaló que en los próximos días se reunirá con la ministra de Justicia para tocar este tema y también la situación de las estaciones de Policía que por ejemplo en Medellín tienen hacinamientos de hasta el 500 y 600 %.