12 conceptos equivocados sobre la depresión que son perjudiciales para el tratamiento

No se trata de un problema de voluntad o falta de ánimo. Este enfoque puede resultar contraproducente y subestima la necesidad de asistencia médica profesional
Dr. Enrique De Rosa Alabaster
TOMADO DE: infobae.comInfobae

En relación a los sistemas de asistencia psicológica como por ejemplo mencionara en la nota de la semana pasada sobre aquellos en base a IA, pero sin un fuerte soporte profesional por detrás (Los riesgos y los desafíos del uso de la inteligencia artificial en salud mental, vemos una creciente difusión de consejos y hasta propuestas terapéuticas por parte de influencers en salud, en particular mental.

Quizás se trate simplemente de las nuevas modalidades de comunicación o de manera más preocupante, de otra faceta de la banalización en salud mental y es aquella en la que la sobreinformación, pero especialmente la desinformación, saca de su real contexto a estos problemas.

Es habitual recibir consultas diversas de parte de pacientes o por redes sociales o entrevistas, y que las mismas se nos hagan con base a estas fuentes de dudoso origen. Esto lleva a que varias publicaciones científicas hagan mención a una serie de conceptos erróneos, mitos, o preconceptos, por ejemplo, sobre la depresión. En función de esto enumeramos algunos de ellos que sin duda parten en la mayoría de los casos de un interés por ayudar, pero terminan alejando la posibilidad de acceso a una respuesta que permita afrontar estos problemas.

Conceptos erróneos sobre la depresión

El tratamiento de la depresión no se limita a corregir desequilibrios químicos; es necesario un abordaje integral  (Imagen ilustrativa Infobae)El tratamiento de la depresión no se limita a corregir desequilibrios químicos; es necesario un abordaje integral (Imagen ilustrativa Infobae)

1. “A la depresión hay que sacársela de encima”

Uno de los problemas efectivamente es confundir un estado emocional como puede ser la tristeza o cierta ansiedad con un cuadro depresivo y viceversa. También imaginar que se trata de algo posible de ser “combatido” mediante la voluntad. Con la intención de ayudar al otro, en muchos casos se tiende a “animarlo” o a decirle que no le dé importancia, o mire todo lo positivo que tiene, y eso puede resultar contraproducente.

Al igual que desconocer el miedo de un niño diciéndole que no pasa nada o pedirle a un asmático que intente calmarse, respirar hondo y buscar reafirmarlo diciéndole “que no es nada”.