Jacobo Betancur Peláez
Este mes, habitantes de la zona adyacente a la obra protestaron para rechazar los precios que ofrecen por sus propiedades. El Metro responde.
Tito Gómez Montes tiene 82 años y teme que los últimos momentos de su vida se conviertan en un calvario por cuenta de las obras del metro ligero de la 80.
Y es que luego de levantar con las uñas un vivero y una frutería ubicados en la malla del aeropuerto Olaya Herrera, este comerciante es uno de los afectados que teme quedarse sin sustento cuando el proyecto arranque.
Aunque Gómez advierte que su caso es difícil de resumir en pocas palabras, dado que son muchas las vicisitudes que durante 18 años ha tenido que afrontar para sacar a flote sus dos negocios, explica que su preocupación principal se centra en una franja de tierra de 68 metros cuadrados que la futura línea necesita, en donde está un pequeño parqueadero que utiliza la mayoría de sus clientes y que en caso de desaparecer se volvería una especie de estocada final para su emprendimiento.
“Yo soy una persona a la que le llegó el atardecer de la vida, que se me fue sirviendo y trabajando. La paga del Estado pareciera ser ignorar al otro, al individuo, entonces es muy triste. Es como que nos dijeran: ‘si le gustó, bien; y si no, también y lo expropiamos’. Al quitarme el parqueadero, el lote queda anulado”, sostiene, pidiendo ser escuchado para encontrar salidas ante lo que ve como una quiebra segura.
A lo largo de los más de 13 kilómetros de lo que será la línea de transporte del metro más importante desde la Línea A, Gómez no es el único propietario que dice sentirse atropellado.
A escasas días de abril, mes en el que según el Metro empezarán los primeros trabajos, decenas de ciudadanos inconformes se han tomado las calles para protestar en rechazo a las ofertas que vienen recibiendo para entregar sus casas, tal ocurrió el pasado 11 de marzo en las oficinas de la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU), entidad a cargo de la gestión predial.
A esta última manifestación también arribaron habitantes del barrio El Volador, que desde 2021 también libra un pulso con el Distrito por considerar que no hay garantías para reubicarse dignamente.
Así lo señala por ejemplo Jaime Lopera Quintero, habitante de El Volador desde la década de 1960, quien sostiene que en medio de la incertidumbre y el estrés, muchos de sus vecinos han visto como el proyecto les ofrece en promedio $2 millones por metro cuadrado, un margen que consideran demasiado reducido para reubicarse en una ciudad que tiene el mercado inmobiliario con sus precios disparados.
Los valores de la mayoría de los proyectos están por los lados de $5 millones el metro cuadrado, entonces ahí es donde no estamos conformes. ¿Si nos pagan a $2 millones y nos venden $5 millones, cómo va a hacer la gente? Casi todos somos personas que tenemos de 50 años para arriba viviendo en el sector, por nuestra edad no podemos adquirir deudas con ningún banco y tampoco postularnos a subsidios de vivienda, porque estos exigen una entrada mínima comprobada, tener capacidad de pago, una plata programada”, dice Lopera.
Caber recordar que, además de esa diferencia de precios, la gestión predial en el barrio El Volador es especialmente sensible dado que cuando el mismo se levantó aproximadamente en la década de 1960 muchas familias lo hicieron en terrenos que no tenían titulados, por lo que en el caso de aquellas viviendas en los que esa titularidad no se haya resuelto, el proyecto únicamente les está reconociendo mejoras de vivienda.
“El negocio es más o menos así por parte de la EDU: son estos precios y si no aceptan desde por expropiado. Por expropiación solamente se paga el avalúo catastral”, sostiene Lopera, para quien dichos valores deberían revisarse con miras a cumplir con el espíritu de la política pública de protección a moradores, que exigen que los afectados por obras sean ubicados por lo menos en iguales condiciones a las que estaban.
El metro responde
Al ser consultado sobre el tema, Antonio José Quijano, profesional de la gerencia de Planeación del Metro, señala que durante los últimos días la empresa ha estado enterada de las inconformidades de las personas que se han tomado las calles para protestar, pero sostuvo que desde el proyecto se han mantenido abiertos los canales de comunicación con miras a escuchar sus preocupaciones y que la obra pueda seguir avanzando.
Dado que dicho proceso es desarrollado por la EDU, el Metro precisó que desde el equipo social de esa entidad se continúa con las socializaciones de la obra y se están analizando varios casos especiales.
Según admite Quijano, en la mayoría de los casos los ciudadanos inconformes han expresado sus diferencias por los valores que se están ofertando.
Sobre el barrio el Volador, el profesional sostiene que desde que en 2021 se hicieron públicas las preocupaciones de sus habitantes ante la desaparición del barrio, decidieron hacerse ajustes y de una cifra inicial de 178 inmuebles que serían adquiridos para construir los patio talleres del sistema se redujo a solamente 71, que en 40 casos ya ha logrado llegarse a un acuerdo.
“A la fecha estamos adquiriendo para el proyecto 1.238 predios. De esos tenemos 13 cesiones, o sea que hoy los predios que estamos adquiriendo son 1.225. De esos, ya se han notificado 732 predios y ya tenemos aceptados 538 y están en tiempos de aceptación 115, lo que da un porcentaje muy positivo”, señala, asegurando que en medio de ese proceso se ha respetado la política pública de protección a moradores y que la empresa continúa abierta a hacer ajustes en los casos que sean necesarios.
Aunque desde la orilla de los ciudadanos inconformes señalan que no dejarán de protestar y expresar sus reparos públicamente hasta no recibir soluciones de fondo, desde el proyecto señalaron por su parte además que, pese a estas tensiones, la obra sigue adelante con su cronograma e iniciará obras durante este mes de abril, dado que de los 850.000 metros cuadrados que en total serán empleados para la futura línea, 658.000 metros; es decir, el 81%, están disponibles para arrancar con los trabajos.
