La Superintendencia de Industria y Comercio otorgó una patente a un videolaringoscopio diseñado por las universidades EAFIT, CES y el Hospital Pablo Tobón Uribe.
¿Cómo hacer que el proceso de intubación sea más rápido, seguro y accesible? Esta fue la pregunta que, en su práctica diaria, se planteó el médico anestesiólogo José Fernando Arango Aramburo, y que se convirtió en el punto de partida de una colaboración interdisciplinaria que, años después, daría como resultado un innovador dispositivo.
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Hoy, ese esfuerzo ha sido reconocido con la concesión de una patente para el Videolaringoscopio con cuerpo central anatómico y valva angulada para alineación variada traqueal, desarrollado por las universidades EAFIT, CES y el Hospital Pablo Tobón Uribe. Una solución creada para responder a una necesidad urgente en los contextos médicos más exigentes.
Hoy, ese esfuerzo ha sido reconocido con la concesión de una patente para el Videolaringoscopio con cuerpo central anatómico y valva angulada para alineación variada traqueal, desarrollado por las universidades EAFIT, CES y el Hospital Pablo Tobón Uribe. Una solución creada para responder a una necesidad urgente en los contextos médicos más exigentes.
Al respecto, David Carmona Zapata, docente e investigador de la Universidad CES, complementa diciendo que “el uso de este videolaringoscopio amplía las posibilidades de atención de pacientes con vía aérea difícil, facilitando una intubación precisa en menos tiempo. Esto reduce el riesgo de intubaciones esofágicas o monobronquiales, disminuyendo así las complicaciones asociadas al procedimiento”.
El desarrollo del videolaringoscopio fue posible gracias al trabajo colaborativo e interdisciplinario en el marco de la alianza Simdesign, un proyecto de más de diez años entre las tres instituciones mencionadas.
El doctor José Arango aportó su experticia clínica desde el inicio del proyecto; los investigadores del CES contribuyeron al desarrollo conceptual y funcional del dispositivo, a partir de diferentes prototipos. “Desde el equipo de ingenieros de EAFIT proporcionamos conocimiento en diseño del dispositivo médico, evaluación y validación, cumpliendo no solo con los requerimientos clínicos, sino también con los de seguridad y otros estándares que deben aplicarse a este tipo de desarrollos”, señala Christian Andrés Diaz León, profesor de la Escuela de Artes y Humanidades de EAFIT e inventor.
Tecnología al servicio de la gente
Entre las principales ventajas del videolaringoscopio se encuentra su capacidad para conectarse a computadores, tabletas o celulares de uso comercial, lo que lo convierte en una alternativa accesible frente a otras opciones del mercado, que suelen tener altos costos y requerimientos técnicos especializados. Esta característica fue clave durante la pandemia de covid-19, cuando se fabricaron y distribuyeron más de 200 unidades a instituciones de salud en todo el país.
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Para EAFIT, esta es la patente número 74 concedida y representa un hito en su estrategia de transferencia tecnológica. A través de su spin-off Inmetec, el videolaringoscopio ya está licenciado para su comercialización, con el propósito de ampliar su implementación en hospitales y centros de atención médica en Colombia.
“Esta patente nos demuestra que el trabajo con aliados nos impulsa a desarrollar soluciones interdisciplinarias que nos permiten llevar al mercado la ciencia, la tecnología y la innovación. Contamos con un ecosistema dinámico, en el que los desarrollos que realizamos llegan efectivamente al sector real, especialmente al sector salud” afirma Natalia Raigoza Rodríguez, coordinadora de Transferencia de Tecnología y Conocimiento de EAFIT.
Este dispositivo también es un ejemplo del potencial que tiene la ciencia y la tecnología universitaria para ofrecer respuestas concretas a los desafíos del entorno.