Los delincuentes distrajeron a la guardia para llevarse los aparatos.
Todo estuvo planeado con meticulosidad y sin escrúpulos. En el último año, en reiteradas ocasiones, han aprovechado los recovecos del hospital San Vicente de Paúl de Caldas para robarse los equipos. A pesar de que han puesto más cámaras y la vigilancia está advertida, los ladrones insisten en desmantelar el hospital.El último robo sucedió esta semana.
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José David Vélez, gerente del hospital, explicó que el último caso, ocurrido el miércoles 28 de septiembre, fue perpetrado por cuatro personas. Los hombres, al parecer, distrajeron a la guardia para que sus compinches ingresaran a la institución. Para no ser identificados utilizan tapabocas, gorras y chaquetas. “Al interior de la institución vemos que se van quitando, por ejemplo, la chaqueta, y salen con una vestimenta diferente”, comentó Vélez.
El más reciente robo dejó un vacío enorme en el hospital. Los ladrones se llevaron un cardiodesfibrilador, un aparato que se utiliza para detectar los latidos cardiacos y prevenir un infarto. La máquina, al reconocer una arritmia, lanza un electrochoque al corazón para que retome su ritmo.
Y ahí radica la gravedad del robo. Sin el aparato, el hospital no tiene cómo atender de manera inmediata a un paciente que sufra una anomalía cardiaca. Vélez señaló que el equipo tiene un costo aproximado de 20 millones de pesos en el mercado.
En las cámaras de seguridad quedó registrado que fueron cuatro personas las que perpetraron el robo, aunque podrían ser más. El gerente hace un análisis crítico de la situación: “Ante la urgencia nos limitan la capacidad de respuesta con el usuario, o sea, esto directamente nos puede generar fallecimientos en el hospital por falta de estos equipos”.
Vélez, además, dijo que la institución ha hecho gestiones importantes en los últimos tiempos para dotarse de equipos modernos que ayuden a prestar un servicio oportuno. Si los ladrones siguen atacando, pondrán en jaque la salud del municipio.